El feminismo y la lucha panafricana: Desde Anna J. Cooper hasta Addie W.Hunton (Parte 2/4)

21/06/2017 | Opinión

The Reason Why: Las intervenciones de Ida B.Wells y el papel de la oposición política

Si bien muchas de las alusiones al éxito académico, la independencia económica, la sobriedad y a la práctica religiosa sugieren que la influencia de los valores de la burguesía occidental orientó el pensamiento de las principales intelectuales y activistas afroamericanas, lo que hay que tener en cuenta es la contradicción de las condiciones sociales causadas por el fracaso de la Reconstrucción durante las décadas anteriores.

Un sistema de racismo institucional basado en el beneficio y la opresión nacional requerían la sobreexplotación de las personas africanas. Se les negó sistemáticamente el acceso a la educación, sueldos adecuados, viviendas de calidad y oportunidades dentro del mercado laboral. La criminalización de comunidades rurales y urbanas en los EEUU llevada a cabo por las fuerzas policiales fue un aspecto clave del mecanismo represor que servía al sistema capitalista.

Sabiendo que lo más probable era que no recibirían ayuda del gobierno federal y las corporaciones para aliviar las condiciones de masas de trabajadores y campesinos, los afroamericanos tuvieron la necesidad de formar sus propias instituciones para promover el avance social y asegurar su supervivencia. En consecuencia, hubo un gran énfasis en la superación personal a través de la educación, disciplina personal y la adopción de lo que se consideraron normal sociales en este periodo de la historia.

No obstante, Ida B. Wells, una activista contra los linchamientos, expuso la falsedad de los mitos del hombre negro, criminal y pervertido sexual que suponía una amenaza para la santidad de las mujeres blancas. Cuando publicó su ensayo Free Speech and Headlight en Memphis en 1893, en el que afirmaba que en muchos casos eran las mujeres blancas las que buscaban tener relaciones con hombres africanos, recibió amenazas y su despacho fue destrozado.

Wells nació como una niña esclava en 1862, en Holly Springs, Mississippi. Sus padres la inculcaron un sentimiento de orgullo y el deseo de recibir una educación. Sus padres murieron a finales de 1870, durante una epidemia de fiebre amarilla que desoló el norte de Mississippi y el suroeste de Tennessee.

Wells fue a Memphis a vivir con unos familiares y llegó a ser maestra en el Condado de Shelby. Presentó una demanda judicial contra la Compañía Ferroviaria de Chesapeake, Ohio, al ser expulsada de un tren en Woodstock, Tennessee, porque se negó a abandonar el coche de las señoras. Ganó el juicio en el tribunal inferior, pero la compañía ferroviaria apeló al Tribunal Supremo de Tennessee, que falló a favor de Chesapeake, Ohio, anulando la sentencia que Wells ganó anteriormente.

Años después Wells ganó reconocimiento como maestra de colegios públicos y editora de periódicos. Finalmente se la retiró del sistema educativo tras criticar la educación inferior que recibían los estudiantes afroamericanos.

En 1892, Wells protestó contra el linchamiento de tres hombres afroamericanos en Memphis que solo eran culpables de defenderse contra una multitud de blancos racistas. En respuesta hubo un boicot de los servicios de transporte, negocios llevados por gente blanca y un éxodo masivo de gente negra de Memphis a Oklahoma, lo cual llevó a que Wells fuera expulsada de la ciudad.

Wells se opuso a los términos bajo los que se celebró la Exposición de Columbia en Chicago. Organizaciones, iglesias y periódicos afroamericanos convocaron un boicot de la Feria Mundial de Chicago en 1893. La comunidad exigía puestos en la junta directiva y en los comités de planificación que estaban organizando el proyecto. Al final se hicieron algunos cambios pero muchos siguieron insatisfechos y se negaron a acudir.

Antes del comienzo de la Feria Mundial de Chicago, Wells publicó un documento que había escrito en mayor parte con algunas contribuciones de Frederick Doouglass, Ferdinand L.Barnett y I. Garland Penn. Este ataque a la Feria Mundial se lanzó como un panfleto titulado La razón por la que el americano de color no está en la Exposición Mundial de Columbia, la contribución afroamericana a la literatura columbina.

En el prefacio de este panfleto, Wells afirma lo siguiente:

«Columbia ha invitado al mundo civilizado a celebrar con ella el cuadringentésimo aniversario del descubrimiento de América y la invitación ha sido aceptada. En Jackson Park se exhiben sus recursos naturales y su progreso en las artes y las ciencias, lo cual demuestra como se ha ignorado su grandeza moral. La exhibición del progreso hecho por una raza en 25 años de libertad frente a 250 años de esclavitud habría sido el mayor tributo a la grandeza y el progreso de las instituciones americanas jamás mostrado al mundo. Hay 8 millones de personas de color en esta gran república, más de un décimo de la población de Estados Unidos. Estuvieron entre los primeros colonos de este continente cuando desembarcaron de un barco de esclavos en Jamestown, Virginia, en 1619, antes de que los puritanos llegaran a Plymouth en 1620. Han contribuido a una gran parte de la prosperidad y civilización estadounidense. El trabajo de la mitad de este país siempre ha sido y aún está hecho por ellos. El primer crédito que este país tuvo en su comercio con naciones extranjeras se creó con las producciones resultantes de su trabajo. La riqueza creada por su industria ha hecho posible que puedan aprovechar su progreso en educación, arte, ciencia, industria e inventos».

Wells dice a continuación:

« Aquellos que visiten la Exposición Mundial de Columbia que conozcan estos datos, especialmente los extranjeros, naturalmente se preguntarán: ¿Por qué la gente de color, que constituye una parte tan grande de la población y que ha contribuido tanto a la grandeza estadounidense, no está más presente y mejor representada en la Exposición Mundial? ¿Por qué no forman parte de esta gloriosa celebración del cuadrigentésimo aniversario del descubrimiento de este país? ¿Son tan torpes y estúpidos como para no sentir interés por este gran acontecimiento? En la medida de lo posible, esta exhibición ha sido publicitada».

En las páginas de este panfleto se pueden observar pruebas documentadas de la exclusión, la explotación y la represión del pueblo afroamericano. Wells acababa de volver de un tour de conferencias en Inglaterra, Gales y Escocia en 1893 cuando la Feria Mundial ya estaba en curso. Según las pruebas existentes, Wells no se dirigió a los participantes de la Exposición de Columbia. Sin embargo, mediante la publicación de este documento su voz se oyó alto y claro.

Al destacar la que peligrosa situación que afrontaban las personas afroamericanas, Wells relató varios asesinatos a manos de turbas a lo largo de los Estados Unidos. Escribió sobre las atrocidades que sufrieron aquellos tres hombres en marzo de 1892 que nunca fueron castigadas por la ley.

Extraído directamente del capítulo cuatro, titulado Ley de linchamiento, en el que Wells dice:

«Un linchamiento igual de despiadado tuvo lugar en Memphis en marzo de 1892 en Memphis, Tennessee. Tres hombres jóvenes de color se vieron envueltos en un altercado en su lugar de trabajo en el que dispararon a hombres blancos en defensa propia. Fueron encarcelados durante tres días y después asesinados a tiros por la turba. Thomas Moss, Will Stewart y Calvin McDowell eran hombres de negocios energéticos que habían establecido un exitoso negocio. Su negocio había prosperado y el de un rival blanco llamado Barrett había decaído. Barrett dirigió un ataque a su negocio que resultó en tres hombres blancos heridos. Por esto tres hombres inocentes fueron linchados brutalmente, dejando a sus familias sin protección. Memphis es una de las ciudades principales de Tennessee, una ciudad con más de 75.000 habitantes. No se hizo ningún esfuerzo por castigar a los asesinos de estos tres hombres. No sirvió para nada que las víctimas de este despropósito fueran tres de los mejores hombres conocidos de las 30.000 personas de color en Memphis. Eran los responsables de la sociedad que dirigía el negocio: Moss era el presidente, Stewart el secretario de la sociedad y McDowell el mánager. Moss trabajaba como transportista para la administración pública y los tres hombres tenían una esplendida reputación por su honestidad, integridad y sobriedad. Pero sus asesinos, a los que se conoce bien, ni siquiera han pasado por una investigación preliminar».

Aunque Douglass publicó un artículo para el panfleto, asistió a la Exposición y dio un discurso. Se cedió algún control administrativo en las partes de la Exposición que se centraban en temas sobre las personas africanas. Douglass, un esclavo africano auto emancipado, abolicionista y propagandista contra la esclavitud desde 1840, fue nombrado administrador del Día de los Americanos de Color.

A pesar de los cambios que afectaron a Douglass, un artículo escrito por Christopher Robert Reed de la Roosevelt University en 1999 sobre la oposición a la Exposición de Columbia resalta el papel de Wells y de otros:

«Aun así, algunos afroamericanos notables se negaron a asitir, como la conocida soprano Sissierretta Jones, conocida como la “Patti negra” (por Adelina Patti). Ya fuera por un malentendido contractual o por apoyar el boicot, canceló su aparición. Ida B. Wells se abstuvo de la celebración pero cambió retroactivamente su valoración tanto de la corrección de la organización del evento como su valor para el progreso racial. Motivada inicialmente por un impulso caprichoso, parece ser que tras conocer la respuesta favorable al evento en los periódicos, especialmente en el Inter Ocean, buscó a Douglass en el Pabellón de Haitiano. Allí se disculpó por anteponer su entusiasmo juvenil a las cualidades de liderazgo racial que había demostrado al decidir participar. Los obispos episcopales africanos metodistas Benjamin Arnett y Henry McNeal Turner no asistieron al evento al igual que dos de los vicepresidentes del comité organizativo. El exportavoz de EEUU, John Mercer Langston, faltó al congreso tras instar al público de Chicago a seguir su ejemplo».

Abayomi Azikiwe

Fuente: Pambazuka News

[Traducción, Eduardo Ruiz Ferrero]

[Fundación Sur]


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