Un tribunal encargado de juzgar a los arquitectos del genocidio de 1994 en Ruanda, ha condenado a cadena perpetua al antiguo gobernador de Kigali, por cinco cargos, entre los que está el ordenamiento del asesinato de 60 chicos tutsis, en un centro pastoral de la iglesia.
El ICTR de Arusha había acusado a Tharcisse Renzaho de genocidio, complicidad con el genocidio, asesinato y violación en las masacres en las que murieron 800.000 personas.
El tribunal ha encontrado culpable a Renzaho de todos los cargos, menos de el de complicidad con el genocidio.
Según los fiscales, el acusado era uno de los principales responsables de las masacres. Su nombre figuraba entre los nueve principales sospechosos, para los que EEUU había puesto una recompensa de 5 millones de dólares.
El tribunal asegura que Renzaho es uno de los responsables de armar a los participantes en el genocidio. Él se había declarado no culpable de todos los cargos.
El tribunal le acusa, a él entre otras personas, de haber ordenado el asesinato de 60 chicos que estudiaban en un centro pastoral de la iglesia. También le acusan de haber estado cerca de un hotel de Kigali, cuando un tanque disparó contra casas de tutsis, matando al menos a 40 personas, y ni siquiera intentó intervenir.
El acusado, de 65 años, también es acusado de emitir a través de Radio Ruanda, órdenes pidiendo a la policía, soldados y milicias, que construyeran y supervisaran controles de carretera, para interceptar, identificar y matar a los tutsis.
El antiguo coronel del ejército fue arrestado en la República Democrática del Congo en 2002.
Otros seis sospechosos principales, sobre los que pesa una recompensa de los EEUU, están en libertad, entre ellos Felicien Kabuga, que se cree que fue uno de los principales financiadores del genocidio.
La sentencia de Renzaho eleva el número de juicios llevados a cabo por el ICTR a 39, seis de los cuales fueron absueltos.
El tribunal tiene hasta final de este año para terminar con todos los juicios y hasta finales de 2010, para atender todas las apelaciones, antes de cerrar sus puertas.
(News24, Suráfrica, 14-07-09)