El ejército de la República Democrática del Congo atacó el cuartel general de los rebeldes Tutsis del General Laurent Nkunda, el pasado día 3 de diciembre, un día después de que sus hombres tomasen una ciudad estratégica para el Gobierno de Mushake, 40 kilómetros al norte de Goma, la capital de Kivu Norte, y obligasen a huir a miles de civiles, según los oficiales de las Naciones Unidas. El ataque fue apoyado por los helicópteros de la MONUC, aunque los oficiales de la Misión de la ONU en el Congo han afirmado que sus aparatos no llegaron a disparar.
Los rebeldes de Nkunda atacaron las posiciones del Gobierno el día 2 de diciembre, tomaron las ciudades de Kikuku y Nyanzale, cuya población de decenas de miles se vio obligada a huir, con lo que ambas ciudades quedaron completamente vacías. La mayoría de ellos han huido a la ciudad de Sake, que el año pasado cayó dos veces en manos de los rebeldes de Nkunda, pero que ahora sirve de puesto de escala para las operaciones del ejército. La MONUC ha declarado que si algún grupo rebeldes intenta retomar esa ciudad deberá vérselas con ellos.
Mushake ha sido una base muy importante para los 4.000 rebeldes de Nkunda, desde que se iniciaron los enfrentamientos a finales de agosto. Los rebeldes abandonaron el acuerdo de paz de Ruanda y desertaron del ejército mixto especial que se había formado a principios de 2007. Nkunda al principio, lideraba dos brigadas del ejército, que se escondieron en la selva, declarando que protegerían a la minoría Tutsi del este del Congo R.D.
Por su parte, el portavoz de Nkunda ha declarado que están dispuestos a defenderse a sí mismos y que pretenden retomar la ciudad de Mushake.
En octubre, el Presidente Joseph Kabila dio luz verde al plan de ofensiva del ejército regular para desarmar a los hombres de Nkunda, ya que el plazo que se les había dado para entregar las armas y entrar a formar parte del ejército, había caducado.
Casi 400.000 personas han huido de los enfrentamientos armados entre los rebeldes de Nkunda, el ejército, la milicia local de los Mai Mai, y los rebeldes ruandeses Hutu. Las agencias humanitarias temen que las luchas continuadas empeoren la situación de la grave crisis humanitaria que ya sufre el Kivu Norte.
(Mail & Guardian, 03-12-07)