Desde que el pasado 15 de abril se iniciasen las hostilidades entre el gobierno sudanés y el grupo paramilitar rebelde conocido como Fuerzas de Apoyo Rápido los combates no han parado de sucederse; Jartum, capital y centro neurálgico de la economía del país, ha resultado asolada. El conflicto armado ha provocado un elevado número de desplazados, cinco millones, y las víctimas mortales ya superan los 5000.
La destrucción parcial del principal centro mercantil del país, la pérdida de capital humano y la merma de la superficie de tierra cultivable han tenido un impacto directo muy negativo sobre el sector agrícola.
Este sector, que emplea a ocho de cada diez personas en Sudán, computa en torno al 40 % del Producto Interior Bruto. Atendiendo a los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la industria datilera ocupa un lugar primordial en la economía del país africano, situándose Sudán del Norte entre los diez primeros productores mundiales de este dulce fruto.
La caída de la producción agrícola ha provocado el descenso del número y volumen de transacciones comerciales, este hecho, ligado a la falta de instituciones financieras que ayuden a paliar la pérdida de poder adquisitivo de agricultores y mercaderes, ha situado a Sudán en una situación crítica en la cual casi 6 millones de personas se encuentran al borde de la hambruna.
Fuente: Africa News
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]
