El 16 de febrero es un día importante para los cristianos en África, porque el 16 de febrero de 1977, el arzobispo anglicano Janani Luwum fue asesinado por los militares del dictador Idi Amin, en lo que torpemente fue hecho pasar por un accidente de coche para deshacerse de una voz crítica contra el régimen despótico. El 16 de febrero de 1992 en el entonces Zaire, hoy República Democrática del Congo (RDC), la Iglesia Católica organizó la “marcha pacífica de los cristianos” para obligar a otro dictador, Mobutu Sese Seko, a reunir a la Conferencia Nacional Soberana que tenía que organizar las elecciones libres e independientes. La policía intervino, matando a una veintena de manifestantes. Sin embargo, Nobutu tuvo que ceder a la presión nacional e internacional, y el 14 de agosto de 19992, el líder de la oposición Etienne Tshisekedi , fallecido recientementem se convirtió en el Primer Ministro de un gobierno de transición que tenía que conducir al País hacia las elecciones.
En Uganda el recuerdo del sacrificio del Arzobispo anglicano ha asumido un significado ecuménico desde que San Juan Pablo II, durante su visita al País en 1982, rindió homenaje a la capilla de los Mártires en la Catedral anglicana de Canterbury. La capilla fue creada para recordar al Arzobispo Luwum.
En la actual RDC se espera que la memoria de la movilización popular en favor de la democracia estimule a los políticos a superar el punto muerto sobre la aplicación del Acuerdo de San Silvestre para llevar al país a nuevas elecciones. El camino hacia la democracia es difícil pero no imposible, aunque está marcado por la sangre de muchos
Agencia Fides
Fundación Sur
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