Estados Unidos presentó el jueves una propuesta al Consejo de Seguridad para imponer un embargo de armas a Sudán del Sur, tras las advertencias de la ONU de que el país, devastado por la guerra, podría caer en el genocidio.
La embajadora estadounidense Samantha Power dijo que un proyecto de resolución será presentado al Consejo de Seguridad los próximos días para prohibir la venta de armas al país africano, preparando, de esta forma, el escenario para un enfrentamiento con Rusia que se opone a un embargo de armas.
«Sudán del Sur es una nación en el precipicio», dijo la Sra. Power al consejo. «En los próximos días, Estados Unidos presentará una propuesta para imponer un embargo de armas a Sudán del Sur y sancionar a las personas que han sido los mayores obstáculos para lograr una paz duradera», aseguró.
Gran Bretaña y Francia apoyaron las peticiones de embargo de armas, pero Rusia reafirmó su oposición y China expresó sus reservas.
La medida se produjo después de que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtiera en un informe que Sudán del Sur se enfrentaba a un «riesgo muy real de atrocidades masivas» y que 14.000 soldados de las fuerzas de paz, desplegados en el país, no podrían detener un baño de sangre.
El texto redactado por los Estados Unidos, al que ha tenido acceso la AFP, pide un año de prohibición de toda venta de armas, municiones, vehículos militares y equipamiento. Power dijo que meses de conversaciones con los líderes de Sudán del Sur no han lograron persuadirlos de optar por la paz. «No existe ninguna buena razón para no privar, a aquellos que han mostrado la voluntad de cometer atrocidades en masa, de los medios de hacerlo, de manera más eficiente», añadió.
Oposición rusa
El diputado ruso Petr Iliichev, rechazó el embargo de armas por «prematuro» y advirtió que las sanciones contra los líderes de Sudán del Sur serían «la apoteosis de la irresponsabilidad». En un “dardo” dirigido a los Estados Unidos, el Sr. Iliichev sugirió que el presidente Salva Kiir estaba siendo blanco de la misma suerte que Muammar Gaddafi, el líder libio que fue derribado en 2011.
El embajador chino, Wu Haito, piensa que el Consejo de Seguridad debería ser «prudente» y evitar promulgar sanciones «para evitar complicar la situación». El Consejo «debería enviar más señales positivas», agregó.
Al regreso de una visita a Sudán del Sur, Adama Dieng, consejero en prevención de genocidios de la ONU, declaró que «había vio todas las señales de que el odio étnico y los ataques a civiles podrían convertirse en genocidio si no se hace algo ahora para detenerlo». Aseguró que el ejército del presidente Kiir era «cada vez más homogéneo desde el punto de vista étnico», compuesto principalmente de Dinka que se preparaban para lanzar ataques contra los grupos étnicos Nuer y otros grupos. Dieng instó al Consejo a poner fin al «devastador» flujo de armas que alimentan la guerra.
La nación más joven del mundo, Sudán del Sur, entró en guerra en diciembre de 2013, dejando decenas de miles de muertos y más de 2,5 millones de personas desplazadas. El país obtuvo la independencia de Sudán en 2011, con el firme apoyo de los Estados Unidos.
Un acuerdo de paz entre el presidente Kiir y el líder rebelde Dr. Riek Machar en agosto del año pasado había generado esperanzas de paz, hasta que estallaron los enfrentamientos en Juba hace cuatro meses.
africareview.com
Fundación Sur
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