¿Cuánta más riqueza perteneciente a los africanos se esconde en la red de instituciones financieras internacionales secretas?
Suiza, la opaca nación de montaña, conocida desde hace tiempo como un receptáculo para el oro nazi y otros botines, acordó devolver 321 millones de dólares cuentas relacionadas con el exlíder militar nigeriano Sani Abacha.
El dinero fue confiscado por un tribunal suizo a finales de 2014 en un procedimiento del fiscal general de Ginebra contra el hijo de Sani Abacha, Abba Abacha. El gobierno suizo declaró: «De conformidad con la política de reembolso de los activos nacionales adquiridos ilegalmente, Suiza acordó con Nigeria y el Banco Mundial devolver aproximadamente 321 millones de dólares para beneficio del pueblo nigeriano».
Según la Agence France Press, el gobernante militar Abacha, en el poder desde 1993 hasta su muerte en 1998, es sospechoso de haber malversado 2.2 mil millones dólares del Banco Central de Nigeria, a lo que Estados Unidos ha llamado «actos descarados de cleptocracia».
Entonces, ¿dónde está el resto? No solo de Abacha u otros líderes africanos corruptos sino también de los extranjeros, los que esquivan los impuestos y otros neoimperialistas que extraen riqueza sin ofrecer nada a cambio. Las personas que sistemáticamente subdesarrollaron y destruyeron, saquearon y contaminaron el continente durante siglos.
Según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, «en los últimos 50 años, se estima que África ha perdido más de 1 billón de dólares en flujos financieros ilícitos». Este número, alrededor de 50 mil millones de dólares al año, es más o menos equivalente a toda la asistencia oficial para el desarrollo del continente durante el mismo período de tiempo. Y en realidad es una estimación conservadora ya que no toma en cuenta los flujos más secretos de dinero fuera de África como los «ingresos por soborno y el tráfico de drogas, personas y armas de fuego».
¿Qué se podría hacer 1 billón de dólares de dinero robado a la gente? Representa medio siglo de infraestructura desmoronada o inexistente (carreteras, hospitales, escuelas, alcantarillado y luces) alrededor de las cuales las personas han estado haciendo todo lo posible para trabajar. Piense en lo que el famoso espíritu de poder hacer de los lagosianos comunes podría haber logrado con 50 años de agua corriente, trenes y electricidad.
Con la reciente tendencia de grandes filtraciones financieras como con los Papeles de Panamá y los más recientes Documentos Paraíso, la gente está teniendo una mejor imagen de cómo la élite mundial esconde su dinero, tanto el «legítimo» como el «ilegítimo». Para la mayoría de nosotros, parece que estamos arañando la superficie, pero esperamos que sea una señal de lo que hay por venir.
Aaron Leaf
Fuente: Okay Africa
[Traducción, Juan Vacas]
[Fundación Sur]
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