La empresa CIMERCA, encargada de las prospecciones sísmicas en Cacongo, situado en la región angoleña de Cabinda, ha sido acusada de tratar a sus trabajadores de manera abusiva, con actitudes que no tienen en cuenta al hombre, “sino simplemente el beneficio”.
Según un testigo de Cabinda, que pidió anonimato por cuestiones de seguridad, afirma que “ya hace unos meses que una empresa china, bajo el comando de la Sonangol, hace la prospección sísmica en todo el municipio de Cacongo. Se busca petróleo. Dicen que hay mucho. Es otro intento, después de aquel de los brasileños que fracasó tras la muerte de un joven brasileño”.
“Los trabajos van viento en popa, alcanzando zonas recónditas como Tandu Limba, bajo la mirada misericordiosa, complaciente y quizá colaboracionista del FLEC (Frente para la Liberación del Estado de Cabinda), que no es más que una amenaza, disfrazada por la prensa».
El centro se encuentra en la entrada del Dinje. En este complejo “es donde se puede verificar la raíz que acabará, una vez más, con la exploración, teniendo en cuenta el modo en que se está maltratando a los trabajadores”, según denuncia el testigo.
Los trabajadores están divididos en dos grupos, unos de Sonangol y otros de CIMERCA. “Los primeros tienen los puestos de trabajo, seguros y salarios. Los otros pasan amarguras. Salarios de miseria, sin subsidio de riesgo, de aislamiento y de salud. Entregados a su suerte. Todo se queda en CIMERCA, que les da para comer unas conservas ya caducadas, bajo la mirada prepotente de su responsable. Treinta días laborables y sólo cinco de descanso, sin dinero. Regresan sin nada y sin posibilidad de ahorrar algo para sus familias, ni mucho menos, pueden pensar en algún proyecto personal. Esa es la permanente manera de actuar de CIMERCA, ayudada por una política que no tiene en consideración al hombre, sino simplemente el beneficio. Y cuanto más se sacrifica Cabinda, mejor”.
“¿Tendrá alguna empresa petrolífera la capacidad de hacer que Cabinda sienta que merece la pena tener bajo su suelo tanta riqueza? Pero la explotación de petróleo en Cacongo nació con el karma de la colonización misma: explotación desenfrenada de una mano de obra barata y de una injusticia preparada para proteger todo lo que hay, incluso en contra del propio hombre.
Mientras Sonangol llena Portugal de dinero, en Cabinda, donde busca tal dinero, nos transformamos en sus esclavos. En medio de tanta miseria, la última palabra será de responsabilidad del FLEC. “Él deberá justificar a su pueblo por qué deja que se siga llevando a cabo un saqueo de petróleo ante su propias narices”, concluyó.
(Luanda Digital, Angola, 10-10-09)
Traducción de Laura Toledo Dauden.