África, mercado de 1.000 millones de habitantes, posee las riquezas mineras más grandes del mundo. Confinada en una “marginalización económica”, según los términos utilizados por Jean Ping, presidente de la Comisión de la Unión Africana, durante la inauguración de la cumbre afro-árabe, celebrada el pasado 10 de octubre, en Syrte, Libia, tiene mucho que ofrecer. Sobra decir que los temas más importantes que se abordaron el esta cumbre fueron los económicos.
La cumbre, que reunió a una cincuentena de jefes de estado árabes y africanos, terminó con el lanzamiento de una “asociación estratégica”, con un plan de acción para fortalecer la cooperación política y económica entre África y el mundo árabe. Este plan se articula en torno a cuatro áreas: política, paz y seguridad, intercambios económicos, agricultura y seguridad alimentaria y cooperación sociocultural. La estrategia de asociación prevé, entre otras cosas, fortalecer la cooperación en el sector financiero, comercial y de desarrollo y promover la inversión y el comercio entre los países africanos y árabes.
En la inauguración de la cumbre, Jean Ping, presidente de la Comisión de la Unión Africana, pidió a los países ricos árabes que invirtieran más en África para ayudar al continente a salir de la “marginalización económica”.
“Los estados hermanos árabes tienen grandes reservas de ahorro, recursos financieros considerables y una inmensa capacidad de inversión. Podemos hacernos complementarios”, señaló Ping, recordando que la proximidad geográfica entre los países africanos y árabes, supone una “ventaja real”. Para convencer a los árabes de invertir en África Ping se preguntó ¿por qué nuestra cooperación todavía no está a la altura de nuestras ambiciones?”, recordando que África es un mercado de 1.000 millones de personas y posee las riquezas mineras más grandes del mundo.
África y sus grandes recursos mineros
“Dicho claramente: esta cumbre ha sido la de la inversión de capital árabe en África”, y por su parte, Muamar Gadafi, señaló que las pérdidas sufridas por los países árabes debido a la crisis financiera mundial, habrían podido evitarse si estos hubieran invertido en África, aunque advirtió que los capitales huyen de las zonas inestables, “por lo que hay que trabajar en la estabilidad de los estados africanos”.
Todos los oradores que intervinieron en la asamblea, desde Jean Ping, pasando por Amr Moussa, de la Liga Árabe, Idriss Deby, de Chad, hasta el emir de Kuwait, se mostraron solidarios con esta nueva asociación y su plan de acción 2011-2016. Según Ali Bongo, el presidente de Gabón, al echar una mirada a tres décadas de cooperación afro-árabe “se pueden ver éxitos, pero también fracasos que deben corregirse para garantizar que esta asociación sea dinámica y sólida”.
África, un “continente de futuro”
“Unamos nuestras manos para crear un ambiente propicio de seguridad para las inversiones, en un marco de asociación de beneficio mutuo”, señaló por su parte el presidente de Chad, Idriss Deby, en calidad de presidente de cuatro organizaciones africanas: la Comunidad de Estados Sahelo-saharianos, CEN-SAD, la Comunidad Económica de Estados del África Central, CEEAC, la Autoridad de la Cuenca del Níger, ABN, el Comité Permanente Interestatal de Lucha Contra la Sequía en el Sahel, CILSS. “No tengan miedo a invertir en África, es el continente del futuro”, exclamó.
Una enfermedad contagiosa
Entre los invitados a la cumbre estaba el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, ante el cual el líder libio y anfitrión de la cumbre habló sobre el referéndum (hoy más amenazado que nunca) por el cual Sudán del Sur podrá optar por la independencia. Gadafi advirtió a los países árabes y africanos contra una eventual escisión del Sur de Sudán, lo cual calificó de “enfermedad gravemente contagiosa para África y el mundo árabe”. “Si pidiéramos a nuestros alumnos que dibujasen un mapa de Sudán o de África o cualquier otro país africano, seguro que dibujarían el mapa actual, con las fronteras a las que estamos habituados”, ironizó Gadafi, concluyendo que los alumnos suspenderían los exámenes y que la separación de Sudán del Sur es por tanto perjudicial para el programa de enseñanza africano. Al final dijo que la última palabra la tienen los habitantes del sur de Sudán. Al respecto, Amr Moussa, secretario general de la Liga Árabe, fue más comedido al señalar que el referéndum tendrá un impacto sobre la seguridad y la estabilidad de gran parte de África y Oriente Medio, por lo que es necesaria “una buena preparación”.
Esfuerzos recompensados
En términos más generales, los jefes de estado árabes y africanos apuntaron a la necesidad de respetar la soberanía de Sudán, su integridad territorial y su independencia”, y afirmaron su “rechazo total a cualquier intento de socavar su soberanía, su unidad, su seguridad y su estabilidad”. Tanto Gadafi, como Amr Moussa y Jean Ping han desplegado todos sus esfuerzos para relanzar la cooperación entre las dos regiones y lo que es mejor aún, han institucionalizado la celebración de la cumbre afro-árabe cada tres años, alternando entre un país africano y uno árabe. El tercer encuentro afro-árabe, está previsto para 2013, en Kuwait.
Las escusas del líder libio
En nombre de los países árabes, el líder libio, Muamar Gadafi, presentó sus escusas a los africanos por los abusos, el maltrato y la humillación a que los han sometido en el pasado.
Idriss Deby hizo una llamada para salvar el lago Chad
“El avance del desierto es una amenaza regional que necesita una reacción colectiva internacional”, declaró el presidente de Chad, Idriss Deby, aprovechó la ocasión para informar a la asamblea que su país organiza los días 29 y 30 de octubre, en Yamena, la capital de Chad, un Foro Internacional sobre el desarrollo sostenible, en el que el tema central es “Salvemos el lago Chad”. Con una superficie de 25.000 kilómetros cuadrados, hace 30 años, ahora el lago tiene 2.500, un desastre ecológico, recordó Deby, que pidió a los “hermanos árabes” que participasen en los esfuerzos de rescate del lago Chad.
La nueva estrategia afro-árabe para un clima pacífico de negocios
La nueva estrategia afro-árabe tiene como objetivo mejorar la gobernabilidad y el clima de negocios para permitir a los países africanos y árabes reforzar sus capacidades económicas. Además, pretende movilizar fondos para los proyectos tanto nacionales como afro-árabes y armonizar las leyes de inversión en las dos regiones. La iniciativa ambiciona fomentar y proteger los flujos de inversiones en las dos regiones utilizando los sistemas de garantía de inversiones y las instituciones existentes. En cuanto a la promoción del comercio, la cumbre de Syrte prometió relanzar las ferias comerciales afro-árabes así como la celebración de ferias especializadas en países de las dos regiones. También se han comprometido a movilizar recursos financieros para las conexiones por carretera, ferrocarril, marítimas y aéreas entre las dos regiones, en el marco del NEPAD y del plan árabe para los transportes.
La reunión ha puesto un acento especial en el desarrollo de la agricultura, para evitar el fantasma del hambre en África y en los países árabes. Para ello se insistió en la necesidad de poner en marcha de manera efectiva el plan de acción conjunta adoptado en una reunión ministerial afro-árabe, sobre el desarrollo agrícola y seguridad alimentaria, celebrado en Sharm el Cheikh, Egipto el pasado mes de febrero.
(Le Pays, Burkina Faso, 14-10-10)