El ex jefe de policía de Suráfrica y ex presidente de la Interpol, Jackie Selebi, perdió una apelación el día 2 de diciembre, contra su condena por sobornos, en una caso que ha dejado al descubierto el alcance de la corrupción en los pasillos del poder.
Selebi ahora se enfrenta a 15 años de cárcel después de que el tribunal supremo de apelaciones en la ciudad central de Bloemfontein confirmase que había aceptado sobornos del crimen organizado.
El ex director de la policía surafricana todavía puede apelar esta decisión ante el Tribunal Constitucional, el máximo tribunal del país.
Selebi fue condenado el año pasado de aceptar dinero y regalos de lujo de personas como el traficante de drogas convicto, Glenn Agliotti, por valor de unos 112.000 euros, en sobornos durante un periodo de cinco años.
“Estoy satisfecho con que el estado haya probado la culpabilidad del demandante”, señaló el juez Kenneth Mthiyane tras el veredicto televisado.
Los cinco jueces de apelación confirmaron las evidencias sobre las anotaciones en la chequera de Aggliotti, que se referían a Selebi, y que el ex comisario de policía había mostrado a su aliado un documento secreto británico, de las investigaciones que se estaban llevando a cabo sobre las supuestas actividades de tráfico de drogas de Aggliotti.
Selebi vio el veredicto por la televisión desde su casa de Pretoria. Tras escuchar el veredicto, se desmayó y fue llevado al hospital, según su abogada Wynanda Coetzee.
“No se encuentra bien”, señaló Coetzee, “Estamos muy preocupados porque no puede caminar”.
El ex jefe de policía es uno de los más altos cargos del gobierno en haber sido condenado por corrupción, aunque las investigaciones en otros casos han alcanzado hasta la presidencia.
En la sentencia del año pasado, un juez averiguó que Selebi había mentido e inventado evidencias, en un caso que minaba la fe de la sociedad en la policía, en un país que tiene uno de los niveles más altos de criminalidad del mundo.
La policía de Suráfrica sigue sumida en la polémica. El presidente Jacob zuma, el mes pasado suspendió al sucesor de Selebi, el jefe de policía Bheki Cele, por unos oscuros tratos de cientos de millones de euros por el arrendamiento de la nueva sede de la policía.
El jefe de la inteligencia criminal de la policía, Richard Mdluli, ha sido acusado de asesinato de un compañero en un lío de triángulo amoroso.
Como presidente, Zuma está acusado de señalar a leales suyos para puestos clave, para protegerse él mismo de nuevos cargos judiciales.
El Tribunal Supremo de Apelaciones, rechazó el día 1 de diciembre la propuesta de Zuma para Fiscal General de la nación, declarando que no era apto para el trabajo, porque había mentido en el transcurso de un testimonio oficial.
Pero Zuma también ha expulsado a un ministro por el escándalo del alquiler de la sede de la policía, y expulsó a un segundo ministro por tomarse unas lujosas vacaciones a expensas de los contribuyentes -incluida la visita a su novia, que está en una cárcel suiza.
Enfrentado él mismo con el caso legal sobre el cierre de una venta de armas, el presidente ha establecido una nueva comisión de investigación en octubre.
(The Namibian, 05-12-11)