El veredicto que condenó el día 25 de mayo a tres jóvenes mauritanos presentados como soldados de Al Qaeda del Magreb Islámico a la pena capital, ha suscitado fueres reacciones tanto entre los familiares de los condenados como en la defensa.
Después de escenas de emoción (mujeres pidiendo clemencia y misericordia), llegó el turno a los abogados, que van a apelar esta sentencia.
Los tres jóvenes mauritanos, Maarouf Ould Haiba, Mohamed Ould Chabarnou y Sidi Ould Sidina, acusados de haber atacado el 24 de diciembre de 2007 a un grupo de turistas franceses, cerca de Aleg, al sureste, se habían declarado no culpables.
Para Ezzaim Ould Hamed Vall, el abogado defensor, el ministerio fiscal no ha dado ninguna precisión incriminatoria de sus clientes y espera que el tribunal de apelación “corrija los errores cometidos en la primera instancia”. Según él, los procesos de apelación podrían tardar un mes en completarse.
Durante el proceso, los tres acusados han manifestado coraje extraño y expresaron de viva voz su voluntad de combatir a los franceses por todos los medios y de hacer frente a lo que ellos llamaron “guerra mundial contra el Islam”. Los acusados no consideran competente al tribunal. Uno de ellos ha pedido ser ejecutado con un disparo, como en la yihad, y no en la horca.
El asesinato de turistas franceses en 2007, marcó un giro en la historia de Mauritania, un país de reputación pacífica. Algunos días después, se canceló por primera vez en la historia la celebración del rallye París-Dakar. Después, la organización terrorista ha multiplicado sus ataques en Mauritania con secuestros de occidentales.
(Agence de Presse Africaine, 26-05-10)