Dos milicianos congoleños, acusados de intentar hacer desaparecer un pueblo, bloqueando la entrada y salida estratégica, en una guerra étnica, se han sentado en el banquillo por crímenes de guerra, en el Tribunal Penal Internacional de La Haya, el día 24 de noviembre.

En el juicio, Germain Katanga, de 31 años, y Mathieu Ngudjolo Chui, de 39, son acusados de los ataques cometidos por sus fuerzas, al pueblo de Bogoro, en el noreste de la República Democrática del Congo, en la región de Ituri, en febrero de 2003, en el que murieron 200 personas.

Ambos se enfrentan a 10 cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad, entre los que se incluyen cargos de asesinato, violación, esclavitud sexual, utilización de niños soldado, ataques a civiles, saqueos y destrucción de la propiedad.

La fiscalía asegura que más de 1.000 combatientes de la Fuerza de Resistencia Patriótica de Katanga, FRPI, entraron en Bogoro, el 24 de febrero de hace seis años, “con un objetivo ordenado y acordado: hacer desaparecer el pueblo”.

Hasta el ataque, el pueblo había sido controlado por el rival UPC, Unión de Patriotas Congoleños, de Thomas Lubanga, bloqueando a los combatientes del FRPI y otros grupos el paso por la carretera a la ciudad principal, Bunia.

Katanga y Ngudjolo son de la etnia Lendu, mientras que los habitantes de Borogo son de mayoría Hema, la etnia de Lubanga.

El juicio por crímenes de guerra contra Lubanga, el primero que se celebra en el TPI a un congoleño, el que comenzó el día 24 es el segundo, empezó en enero.

Los organismos no gubernamentales afirman que la violencia inter étnica y de las milicias en Ituri, va a controlar completamente las minas de oro de la zona, y ya se ha cobrado 60.000 vidas desde 1999.

(IOL, 24-11-09)