Científicos etíopes han establecido que el olor de los pollos efectivamente repele a los mosquitos portadores de la malaria, allanando el camino para nuevas herramientas capaces de prevenir esta enfermedad endémica, según un estudio publicado en la revista médica Malaria Journal.
El equipo dirigido por Tekie Habte, profesor de entomología en la Universidad de Addis Abeba, constata en sus trabajos que si el mosquito Anopheles arabiensis, portador de la malaria, pica indiferentemente a hombres y ganado, no se acerca a las gallinas y no las pica prácticamente nunca.
La explicación reside en las emanaciones de vapores químicos «que hacen que el mosquito de la malaria sea repelido por el olor de las gallinas», sugiere Tekie Habte, ya que el estudio muestra que «el compuesto químico de las gallinas tiene un fuerte potencial de repulsión».
Las hipótesis demuestran que el mosquito considera a las gallinas como un depredador capaz de comérselo y, por lo tanto, intenta evitarlas.
El trabajo de campo realizado en tres aldeas en la región de Oromo, Etiopía, consistía en colgar una jaula con una gallina al lado de las mosquiteras en algunas casas del pueblo. Por la mañana las trampas para mosquitos estaban vacías al contrario de los lugares donde no se habían colocado jaulas con gallinas. Para evitar dormir con las gallinas encima de la cama, los científicos de Etiopía han repetido la experiencia con viales que contienen extractos de olor de gallina, obteniendo el mismo resultado. La experiencia ha sido calificada como «muy alentadora».
El equipo etíope está trabajando en colaboración con una universidad sueca para desarrollar y probar la mejor esencia posible.
«Este repelente es seguro para uso humano y sin residuos susceptibles de contaminar a las personas, el suelo o el agua. Se puede integrar fácilmente en la prevención de la malaria», dice Tekie Habte.
«Este producto es totalmente natural y la posibilidad de que el mosquito desarrolle resistencia es mínima», agregó.
Más del 60% de la población de Etiopía se ve amenazada por la malaria, una enfermedad infecciosa causada por un parásito que entra en el cuerpo como resultado de la picadura de un mosquito.
La malaria afecta a casi 200 millones de personas y provoca hasta 755.000 muertes al año, principalmente en África, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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