La marcha religiosa para celebrar la fiesta del sagrado sacramento, a la que han asistido unos miles de personas, estaba organizada por una de las iglesias del centro de Bujumbura y ha recorrido las calles de la capital. Curiosamente, la policía ha participado también de forma discreta para evitar cualquier posible perturbación del orden público. Esta celebración de la Iglesia católica que quiere representar la unión, la armonía de la paz y el amor, ha sido también una manifestación de calado político en estos tiempos turbulentos por los que atraviesa Burundi. La celebración ha tenido lugar en vísperas del diálogo que trata de facilitar el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas entre los distintos partidos de la oposición y la sociedad civil y el gobierno para tratar de recuperar la paz perdida en el país a causa del tercer mandato del presidente Pierre Nkurunziza. A día de hoy no es sabido si empezará el diálogo pero al cabo de la jornada está estipulado que termine el periodo de tregua de las manifestaciones.
El presidente, Nkurunziza, encara estas próximas jornadas a cargo de un partido que hace aguas y donde las deserciones comienzan a ser un motivo de preocupación. La falta de un programa político que le permita salir de esta situación está potenciando el papel de otros candidatos como Agathon Rwasa, antiguo jefe del movimiento rebelde Frente Nacional para la Liberación (FNL). Por otra parte, el MSD, partido protutsi, que contaría con el apoyo de Ruanda y de los EE.UU., intentan pescar en río revuelto haciéndose con el liderazgo del movimiento contra Nkurunziza.
Fundación Sur