Casi la mitad de los habitantes de Malawi se enfrenta a una fuerte hambruna causada por las malas cosechas debido a los efectos de El Niño que, el año pasado, ha afectado a la mayoría de las regiones del sur y del norte del país. Las lluvias devastadoras que azotaron el norte han agravado las calamidades, tanto es así que el pasado mes de abril se declaró el estado de emergencia. Mientras tanto, los precios de los alimentos continúan aumentando a medida que la moneda nacional, el Kwacha, continúa depreciándose, obligando a las familias pobres a reducir su número de comidas diarias o a vender sus bienes para hacer frente a la situación.
Según la información enviada a la Agencia Fides, una saco de maíz que normalmente cuesta 7 dólares, actualmente ha subido a 15. Los que más sufren esta situación son, como siempre, los niños. Las estadísticas más recientes sobre la severa desnutrición aguda (SAM) muestran un aumento del 100% entre diciembre de 2015 y enero de 2016. UNICEF ha registrado más de 4.300 casos de desnutrición severa en el mes de enero de este año, duplicando las cifras registradas en diciembre de 2015.
Agencia Fides
(fundación Sur)
