Benín ha lanzado la segunda edición de su quincena de la solidaridad nacional. El evento ha congregado en el Palacio de Congresos de Cotonú a todos los estratos de la sociedad. El objetivo es reunir una gran cantidad de donaciones para apoyar a los más desfavorecidos.

Todo comenzó con una caravana por la ciudad de Cotonú, Personas de la tercera edad, así como discapacitados desfilaron para celebrar la quincena de la solidaridad nacional. Para Didier Agbogbo, un retirado del ejército beninés, el hombre debe marcar siempre un parón en la vida para pensar en ser solidario con su vecino, que necesita su apoyo.

Las personas de la tercera edad, indigentes y discapacitados necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas. En esta lógica el gobierno beninés creó el Fondo Nacional para la Solidaridad Social que, bajo el patrocinio del ministerio de la Familia, lanzó hace dos años la quincena de la solidaridad nacional. Durante la primera edición las reacciones no fueron rápidas. Solamente se recolectaron una veintena de millones de francos CFA (30.489 euros).

“La innovación de esta segunda edición es la muestra de solidaridad de los abonados a las redes GSM, que han donado 25 francos CFA cada uno (unos 5 céntimos de euro). Una contribución parecida es también demandada a los concesionarios de vehículos de ocasión en tránsito en Benín», anunció Fatouma Amadou Djibril, ministra beninesa de la Familia.

Desde el anuncio de la quincena, los operadores de telefonía móvil, las personas físicas y las asociaciones se han asociado a la campaña. Los fondos movilizados ya son más altos, de 119 millones de francos CFA (unos 181.414 euros). Sin embargo, los gobernantes siguen solicitando la generosidad de los benineses y de los extranjeros que viven en el territorio de Benín, con el fin de que tengan espíritu de compartir.

Las personas mayores de quejan de estar abandonadas y demandan al ministerio de la Familia que haga más esfuerzos por ellas. En cuanto a los discapacitados benineses, son más exigentes frente al ministerio, que es su último recurso. “Si fuera posible para cada individuo ser el artesano único de la construcción de su físico o de su mente, o de la creación de sus condiciones generales de existencia, nadie elegiría ser discapacitado”, denuncia Maliki Zibo, un discapacitado motriz, que está decepcionado con el estigma de la gente con movilidad reducida.

Para esta quincena de la solidaridad, el ministerio de la Familia espera que aparte de las donaciones materiales, como las financieras, se done también una sonrisa a las personas desfavorecidas.

Romuald Vissoh

(Afrik.com, 24-07-12)