Carreteras intransitables, aumento de acometidas de la red de distribución de gas, indemnización a los propietarios de tierras expropiadas por proyectos de interés público, son tantos los problemas planteados por los manifestantes.
En el espacio de veinticuatro horas se registraron al menos seis protestas sociales en la wilaya (provincia) de Bejaia. Si la población, en su inmensa mayoría, ha ignorado realmente la enigmática llamada del 17 de setiembre, un comienzo de escaramuzas ha tenido lugar al atardecer en la ciudad de Akbou, aunque no duraron demasiado. El día 18 de septiembre por la mañana, la wilaya de Bejaia quedó aislada del resto del país.
Las poblaciones de varios municipios llevaron a cabo el corte de las carreteras RN9, 12 y 26 para poner sobre la mesa sus reivindicaciones, algunas de ellas se remontan a principios de los años 90. En Tichy, los habitantes de las villas de El-Maaden y Tassift cortaron la RN9 que conecta Bejaia con las wilayas de Jijel y Setif. Plantean un problema de saneamiento público que contamina a los residentes de la zona, acentuado por la ausencia de desagües y alumbrado público. Al este de Bejaia, los habitantes de la zawiya (institución religiosa islámica) de Sidi Ali Labher bloquearon la carretera en el puente Skala, no muy lejos de Cuatro caminos, evitando así que los de la daira (mancomunidad) de Amizour llegaran a Bejaia capital.
También reclaman la realización de trabajos de saneamiento público y la reparación de carreteras intransitables. Declaran que es una situación que padecen desde hace veinte años. Los responsables de la administración, que atendían en el lugar, afirmaron en un comunicado que el día 20 presentarían sus demandas en la ANEP.
Los trabajos deberían comenzar después de la apertura del proceso administrativo legal, pero los manifestantes no lo ven así. “Se acuerda dar un plazo de 21 días, de lo contrario volverán a la carga”. La carretera que une Bejaia y Argel por Akbou se ha cortado en Melala, por la salida occidental de Bejaia. Los manifestantes reclaman, de acuerdo con nuestros colegas de TSA, agua potable, mejora del firme de las carreteras, gas natural, etc.
Se recordó que la wilaya de Bejaia, registra un retraso considerable en su desarrollo. Las carreteras saturadas se encuentran en muy mal estado, los apagones eléctricos son recurrentes, tanto en verano como en invierno y el porcentaje de conexiones a la red de gas es uno de los más bajos de la escala. Está incluso por debajo de la media nacional. La población de Adekkar, el día 18 de septiembre, volvió a cerrar las sedes de la APC y de la Daira, además de la administración local, oficina de impuestos, correos, la DUC, etc.
Exigen “un plan de desarrollo integral para su municipio”, es la segunda vez en menos de una semana que los habitantes de esta localidad bloquean estas instituciones. La primera vez fue el anterior martes.
Sin embargo, lo que colmó la paciencia el miércoles fue la lista de 80 pre-beneficiarios de viviendas sociales, precipitando los acontecimientos y aumentando enormemente la tensión. Según algunos manifestantes, las listas estaban plagadas de irregularidades. Se denuncia que hay un “clientelismo probado” y citan casos de verdadera necesidad entre los no seleccionados.
Los habitantes de algunas aldeas de los municipios de Bouhamza y Tamokra bloquearon a su vez el acceso a la presa de Tichy Haf. Reclamando las indemnizaciones de sus tierras que expropiaron para llevar a cabo ese proyecto tan importante.
Otro movimiento social, la huelga indefinida convocada por los trabajadores de la empresa de transporte urbano de la wilaya de Bajaia. Piden un aumento de sueldo del 40% y la creación de una nueva tabla salarial. En dos meses de salario ha habido unas diferencias de 3.000 dirhams. Exigen también el pago de las primas. El director de la ETUB estima que algunos puntos contenidos en la lista de reivindicaciones están dentro de su ámbito de decisión, aunque otros son de carácter nacional, dijo.
M. Ouyougoute.
(Liberté Quotidien, Argelia, 19 de septiembre de 2011)
Traducido para Fundación Sur por Juan Carlos Solís Santander.