Tal como previsto, las elecciones de integrantes de las asambleas populares locales y de las de las ‘wilaya’ (provincias) que se llevaron a cabo ayer, no suscitaron mucho entusiasmo entre los electores. Prueba de ello es la baja afluencia a las urnas que según datos del ministerio del Interior fue del 44,26% de los electores de representantes locales, y en un 42,92% de electores para las provinciales. Ambas tasas se ubican en proximidades de las que se registraron en las elecciones anteriores, del 2007.
La afluencia más alta se registró en Tindouf, en el sur donde hay fuerte presencia militar, cuyos efectivos son generalmente “incentivados” a concurrir a las urnas. La afluencia más baja se produjo en la capital, Argel, donde apenas el 25% de los electores ejercieron su derecho a votar.
En espera de los resultados, según muchos observadores hay pocas dudas sobre el hecho de que habrían vencido los candidatos de los partidos en el poder, especialmente los del Frente Nacional de Liberación (FNL).
A pesar de su riqueza en recursos naturales (el petróleo y el gas natural constituyen el 97% de las exportaciones del país) Argelia enfrenta falta de viviendas, infraestructuras obsoletas y sobre todo una pésima distribución de la riqueza. Esta situación genera descontento, que el gobierno hasta ahora ha logrado manejar con programas de intervención social financiados con los ingresos petroleros.
En los últimos dos años las instituciones municipales y provinciales han sido objeto de protestas casi diarias. Sin embargo, este descontento de fondo no se ha manifestado hasta el momento en una fuerte oposición política ni en formas de organización sindical capaces de ejercer presiones reales sobre el gobierno central.
(MISNA – Missionary International Service News Agency, 30-11-12)