Manifestantes están lanzando piedras contra los edificios gubernamentales y la policía está disparando gas lacrimógeno en la capital de Túnez, a pesar de los intentos de las autoridades por calmar las tensiones.
La policía se ha desplegado en las calles principales de la capital, que hasta esta semana se había librado de los disturbios violentos que estallaron en ciudades de otras provincias.
Las tiendas están cerradas en toda la capital.
El edificio del ministerio de Interior y un edificio de servicios municipales han sido dos de los objetivos de la ira de los manifestantes, el día 13 de enero.
La policía ha disparado repetidamente contra los manifestantes durante más de tres semanas de violencia que ha sacudido el país. Los funcionarios cuentan al menos 23 muertos, incluyendo 8 personas a las que han matado esta pasada noche.
La violencia sin precedentes ha puesto al descubierto una profunda rabia contra el autocrático gobierno del presidente, Zine El Abidine Ben Ali.
Hace dos días, un sindicato de trabajadores elevaba la cifra de muertos ya a más de cincuenta, citando a fuentes hospitalarias.
(News 24, 13-01-11)