Varios líderes, reunidos en Arusha para el Foro de Empoderamiento Económico Regional, han declarado que ya es hora de que los residentes de la región dejen de depender de la ayuda alimentaria, a propósito de las acusaciones vertidas contra algunas ONG de persuadir a los habitantes de los poblados de la región para que supliquen asistencia alimentaria. Estos líderes han señalado que la comarca tiene abundante tierra y diversas zonas ecológicas para cultivar diferentes tipos de cosechas de alimentos a lo largo de todo el año.
La vasta región también tiene cientos de miles de cabezas de ganado, que los pastores pueden vender para comprar cereales, en lugar de mendigar distribución de comida en las épocas de sequía. Isidori Shirima, el comisario regional, ha declarado que la región de Arusha podría ser autosuficiente en cuanto a la alimentación fácilmente, debido a las condiciones favorables de su clima. La región también tiene grandes granjas privadas y grandes extensiones de tierra cultivable, que puede ser regada. El comisario declaró ante los asistentes al foro que el síndrome de la dependencia de la ayuda alimentaria debería desecharse, especialmente entre los pastores, que pueden utilizar sus grandes manadas de ganado para comprar comida.
Estas afirmaciones fueron aseveradas por Lotta Ole Mesouiru, un funcionario de desarrollo de la comunidad, quien además acusó a algunas Organizaciones No Gubernamentales de persuadir a los pastores para que pidan comida. No mencionó a ninguna en concreto, pero afirmó que es una vergüenza ver a una persona con 500 cabezas de ganado, hacer cola ante las organizaciones de caridad que distribuyen alimentos, en lugar de vender algunos de sus animales para comprar comida en el mercado. “No deberíamos permitir que esta situación continúe. Demasiada dependencia de la asistencia alimentaria es una vergüenza. En lugar de consentir esto, deberíamos estar animando a la gente a que trabaje duro”, aseguró.
Este funcionario señaló que el problema es que ellos, los líderes y funcionarios, nunca habían enseñado a los pastores a convertir su ganado en un activo económico, que pueden vender para crear riqueza. Las familias de pastoreo se niegan a vender sus cabezas de ganado, incluso cuando los animales están a punto de morir de hambre por la sequía. Si no venden sus animales por cultura, no pueden disponer de dinero para comprar comida en el mercado, lo cual les hace, siempre que hay sequía o cualquier otra circunstancia adversa, los más vulnerables frente a la falta de alimentos.
(Arusha Times, Tanzania. 02-07-08)