La policía antidisturbios entró en el parlamento sudafricano, por petición del Ministro Nkosinathi Nhleko, en respuesta a incidentes que se produjeron cuando parlamentarios de la oposición intentaron intervenir. Por lo menos cuatro parlamentarios resultaron heridos. Los incidentes tuvieron lugar el día 13, en la conclusión de una asamblea maratoniana, que había durado casi 10 horas.
Este acontecimiento, sin precedentes en la historia política sudafricana, tuvo lugar después de que la parlamentaria de los Luchadores por la Libertad Económica (Economic Freedom Fighters: EFF) Ngwanamakwetle Mashabela se negase a abandonar el podio cuando recibió la orden del presidente de la cámara Cedrick Frolick.
Mashabela había tratado de “ladrón” al presidente Jacob Zuma durante el debate sobre el proyecto hidroeléctrico del Gran Inga, y rehusó retractarse. Mashabela resistió a la orden de la sargento en función, Regina Mohlomi, cuando esta intentó alejarla del estrado Minutos después llegaron cuatro oficiales de la policía antidisturbios, que arrastraron a Mashabela, a la que se le podía oír gritar: “no quiero que me toquen”
Algunos parlamentarios de la oposición se sintieron ultrajados y manifestaron su indignación saltando en defensa de Mashabela. Empezaron a volar puñetazos cuando la policía antidisturbios empujó y desplazó a algunos parlamentarios de la Alianza Democrática (Democratic Alliance) y del EFF.
Cuando la policía salía del parlamento con Mashabela fuertemente conmovida, miembros de los servicios de protección del parlamento comenzaron a recriminar a los oficiales de policía, a los que se les recordaba que no tenían jurisdicción para intervenir en la Asamblea Nacional.
Según la legislación sudafricana, los servicios externos de seguridad sólo pueden entrar en el recinto del parlamento de propia iniciativa cuando hay peligro inminente para la vida o para la seguridad de las personas. El viernes, día 14, todavía se discutía sobre quien había llamado a la policía y con qué autoridad. Posteriormente el ministro de la policía, confirmó que él mismo había llamado a la policía.
La actuación de la policía ha sido interpretada por la oposición sudafricana como una clara prueba de que el partido en el poder, el Congreso Nacional Africano (African National Congress), está dispuesto a defender a toda costa al presidente Jacob Zuma. “Ahí está el problema”, dicen los líderes de la oposición.
Redactada por Jesús Zubiria