Caminar kilómetros bajo el sol africano para llegar a la escuela puede traer también ventajas: gracias a ‘Solar BackPack’, literalmente ‘Mochila Solar’, patentada por una estudiante keniana, los alumnos pueden acumular la energía eléctrica indispensable para estudiar en casa después de la puesta del sol.
Las primeras 500 mochilas solares fueron distribuidas en octubre a los niños de una escuela elemental de Mombasa, la ciudad en que nació y creció su inventora, Salima Visram. El funcionamiento de las mochilas es bastante sencillo: poseen un mini-panel fotovoltaico, una batería y una lámpara de diodos ‘led’. Cuatro horas de camino bajo el sol permiten almacenar energía suficiente para siete horas de iluminación, que se obtiene conectando la batería a la lámpara. La mochila constituye una alternativa ecológica y al mismo tiempo económica al kerosene, que emplean para iluminarse alrededor del 92% de las familias en las zonas rurales de Kenya.
Hace ya algún tiempo Salima se trasladó a Canadá para graduarse. Para recoger los fondos necesarios para el proyecto, utilizó una plataforma de ‘crowd-funding’. En un mes logró reunir 38.000 dólares, lo suficiente para producir las primeras 2.000 mochilas. “Si la iniciativa tiene éxito –dice la estudiante– en el próximo año y medio podremos llegar a cientos de escuelas de mi condado”.
MISNA
Fundación Sur