El cierre de Katuna, marca fronteriza entre Uganda y Ruanda, hace ya más de dos años ha tenido repercusiones en todo África del Este, con la República Democrática del Congo (RDC) como principal beneficiaria. Sin embargo, para comprender la actual jugada geopolítica desarrollada por Tshisekedi, es necesario remontarse a lo que parecieron, en su momento, incidentes aislados, pero que, sin embargo, han sido ejes fundamentales de la política exterior de Ruanda, Kenia, Uganda y la RDC.

El pasado octubre, las autoridades fronterizas de Uganda incautaron cuatro camiones de pescado procedentes de Kenia en rumbo hacia la RDC bajo un pretexto considerado ilegítimo por el gobierno de Nairobi, quien salió insatisfecho de las negociaciones diplomáticas para la devolución de sus mercancías.

Paralelamente, Kenia estaba siendo el escenario de una guerra no declarada entre ganaderos del sector avícola. El origen de este conflicto hunde sus raíces en el establecimiento del país como principal intermediario, tras el cierre de Katuna, entre Uganda y Ruanda, quien depende ampliamente de los abaratados productos ugandeses, en particular, los huevos. Kenia se convirtió así en el principal punto de entrada desde Uganda hacia Ruanda, con el resurgimiento de los cárteles kenianos como estabilizadores fundamentales del precio de los huevos para que fueran posibles, a la vez, la exportación de productos ugandeses y el consumo local de productos kenianos.

De esta manera, las mercancías asequibles de Uganda se exportan a Kenia mediante transporte aéreo, o marítimo a través del Lago Victoria, para ser reexportadas a los exigentes mercados ruandeses. Sin embargo, con el paso de los meses, una nueva vía de transporte se ha abierto a este entramado de exportaciones: la RDC.
Fue este momento cuando entraron en juego aquellos aislados incidentes: la guerra avícola y la incautación de camiones kenianos. La intervención de los cárteles kenianos proporcionó una estabilidad mercantil que permitió a Kenia afianzar su lugar en el intercambio de productos. Además, el resentimiento hacia el gobierno ugandés por la incautación de sus mercancías fue el empujón que Nairobi necesitó para incluir una segunda ruta de reexportación a través de la RDC.

¿Cómo ha conseguido la RDC un papel completamente lucrativo? Mediante una triple política de vecindad con todos los Estados implicados en la guerra comercial. En primer lugar, se ha ganado la simpatía de Kenia mediante la apertura de una nueva frontera económica para la exportación.

Por otra parte, se posicionó en buenos términos con Ruanda al establecerse como puerta de entrada de los asequibles productos ugandeses. La RDC y Ruanda han firmado, en pos de esta nueva amistad, tres acuerdos bilaterales de cooperación. Además, el gobierno de Kinsasa mandó ayudas económicas a Ruanda tras la erupción de un volcán que arrasó más de mil hogares. No hay duda de la relación de dependencia en que se encuentra Ruanda respecto a la RDC, así como el beneficio que saca cada Estado del otro.

No obstante, sí se plantea un interrogante respecto a por qué Uganda no ha reaccionado negativamente frente a la involucración de la RDC en su guerra comercial con Ruanda. La respuesta tiene una década de antigüedad, remontándose al momento en que Kampala expulsó a la facción ADF del Estado Islámico de territorio ugandés. Sin bases donde operar, la ADF se instaló en el este de la RDC, quien invitó al gobierno ugandés a combatir, de manera conjunta, dentro de las fronteras de su Estado.

Hoy en día, esta alianza es de vital importancia, pues Tshisekedi ha encontrado la manera de garantizar la seguridad del conducto petrolífero procedente de Uganda, blanco preferido de la ADF y lucrativa fuente de la RDC. Además, Kinsasa ha firmado con Kampala un proyecto de construcción de tres carreteras, las primeras que unirían ambos Estados, así como la mejora del puerto del Lago Kivu, segunda marca fronteriza más concurrida en la red de mercados globales.

«La RDC se ha vuelto un mercado cotizado para Ruanda y Uganda, así como la nueva frontera de capitales para Kenia».

Por parte de la comunidad internacional de analistas geopolíticos se plantea una crítica a la magistral jugada de política exterior de Tshisekedi: ¿cuánto tiempo durará el intento de volver a Kigali y Kampala la una contra la otra? Además, ¿cómo beneficia esta estrategia a la RDC en su proceso de admisión, aprobado a finales del mes pasado, en la Comunidad de África del Este? De momento estos interrogantes no cuentan con una respuesta satisfactoria, por lo que queda observar los siguientes movimientos de la RDC en su proyecto de capitalización de las disputas de sus vecinos.

Fuente: The East Africa – Charles Onyango-Obbo – @cobbo3 – Imagen: Elaboración propia a partir de Google Maps

[Traducción y edición, Araceli Guerrero García]

[CIDAF-UCM]

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