La conferencia ha hecho hincapié en el estado de acaparamiento de tierras en África, los casos de resistencia en todo el continente, así como las respuestas de la Iglesia y su compromiso cada vez mayor en las cuestiones de la apropiación de tierras
El acaparamiento de tierras es un problema grave en toda África, lo que requiere una atención urgente, ya que pone en peligro los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria. Ya ha dislocado cientos de miles de personas de sus tierras, los privados de fuentes naturales, y amenazados sus medios de vida.
El acaparamiento de tierras y la gobernanza justa, cuestiones que constituyen una importante amenaza a la soberanía alimentaria, han sido cuestiones centrales de los debates que se han mantenido dentro de la conferencia «Acaparamiento de tierras y la Gobernanza justa en África» que se celebró en Nairobi, Kenia, y ha fue organizada por SECAM (Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar) con la participación de diversas oganizaciones del continente e internacionales. El evento ha reunido a unos 150 participantes del continente y más allá de África.
Casos que se han presentado durante la conferencia:
– El proyecto italiano Senhuile SA, que ha arrendado 20.000 hectáreas de tierra en la reserva Ndiaël, en Senegal, la tierra utilizada durante décadas por los habitantes de unos 40 pueblos de la zona. Esto dio lugar a un conflicto permanente con los habitantes del pueblo, que quieren que el proyecto se detenga.
– El caso de los agricultores de Nigeria y de Kenia que están siendo expulsados de las tierras que han cultivado durante generaciones para dar paso a la estadounidense Dominion Farms para establecer una plantación de arroz.
– También han sido tema de debate: Los casos de negocios de tierras Bolloré en Costa de Marfil, Camerún, Liberia y en Sierra Leona y los casos de Mozambique, la República Democrática del Congo y Malí.
El Papa ya había expresado con anterioridad a su viaje una gran preocupación por el tema de la apropiación de tierras. En un discurso pronunciado en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en Roma en junio de 2015, Francisco advirtió contra el «acaparamiento de tierras de cultivo por las empresas transnacionales y los estados, que no sólo privan a los agricultores de un bien esencial, pero que afecta directamente la soberanía de los países». El Santo Padre señaló que: «Ya hay muchas regiones en las que los alimentos producidos van a países extranjeros y la población local es doblemente pobre, porque no tiene comida ni la tierra».
Nuevas orientaciones e indicaciones en relación con los peligros de la apropiación de tierras se expresaron en la carta encíclica del Papa “Laudato Si”, en la que denuncia un enfoque de explotación hacia la tierra al tiempo que recordó: «Para ellos (comunidades indígenas), la tierra no es una mercancía, es, más bien, un don de Dios y de sus antepasados que descansan allí, un espacio sagrado con el que tienen que interactuar para que puedan mantener su identidad y sus valores. Cuando permanezcan en su tierra, ellos mismos cuidan de lo mejor. Sin embargo, en varias partes del mundo, se está poniendo presión sobre ellos a abandonar sus tierras para hacer espacio para proyectos agrícolas o mineras [industriales] que se llevan a cabo sin tener en cuenta la degradación de la naturaleza y la cultura». En apoyo de “Laudato Si” y por delante de la conferencia climática COP 21 en París, las conferencias episcopales de todo el mundo firmaron el 22 de octubre, un recurso que pedía la COP 21 «para asegurar el acceso de las personas al agua y a la tierra para sistemas resistente al clima y alimentarios sostenibles, que dan prioridad a las soluciones propuestas de las personas expulsadas en lugar de a las ganancias”.
Fuente: CIDSE
[Traducción y resumen, Miguel Larburu]
[Fundación Sur]
