La Asamblea Popular Nacional (APN) vota las leyes de exploración y de explotación.
Durante varios meses lo que no era más que una pequeña sospecha se ha convertido en una realidad, a pesar del desconsuelo que provoca, conocida por todos y todas desde hace una semana, ya que Francia impuso a Argelia la aceptación de la exploración y explotación de gas de esquisto(1) en su suelo. Lo que no está permitido en la Francia metropolitana a causa de la peligrosidad se permite en Argelia, y esto, so pretexto “del título universitario de los técnicos de seguridad en la exploración y explotación de esta energía”.
Y fielmente en su estrategia de desviar la atención, aunque en realidad en el presente ya no sea un éxito, Argel, incondicional de París, al principio hizo que durante días en las primeras páginas de la prensa nacional, se diseminara la noticia de la vuelta del antiguo Frente Islámico de Salvación (FIS) antes de solicitar a los diputados que firmaran la ley que conlleva la autorización de exploración y de explotación de gas de esquisto en suelo argelino.
En efecto, dada la importancia de este proyecto, que en primer lugar debería de haber sido discutido y debatido, lógicamente, hace mucho tiempo por la comunidad científica y después por la clase política, antes de ser sometido al refrendo parlamentario y de ser firmada a hurtadillas por los diputados argelinos que, en su mayor parte, han rubricado el documento sin conocer verdaderamente el alcance de su contenido.
Hay que recordar que el primer responsable de la Cámara Baja en persona, Mohamed Ould-Khelifa, que destaca ante todo en el arte de la lectura de textos literarios del poeta árabe Al-Mutanabbi, no está en el parlamento, como el resto de los diputados, más que por su perfil oficial de representantes del pueblo, los cuáles acaban de declarar legal lo que se anuncia como la destrucción cierta del medio ambiente argelino con todo lo que ello implica, es decir, el deterioro del ecosistema, lo que conlleva enfermedades cancerígenas para millones de argelinas y argelinos, enfermedades animales a gran escala, desaparición para siempre de numerosas especies de la fauna y la flora, etc.
Tentado de burlar, una vez más al pueblo, el primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal, declaró, en el momento mismo en que la APN dio su visto bueno al acuerdo, que todo lo que se refiere a la exploración y explotación del gas de esquisto iba a ser explicado con claridad por competentes científicos argelinos. Esto es lo que Abdelmalek Sellal, más simplón que nunca, llama “ campaña de divulgación”.
Efectivamente, ayer martes por la tarde, la presentadora de la emisión sobre economía de la ENTV (televisión argelina) tuvo como invitados en el plató a cuatro directivos. Dos hombres que trabajan en la compañía SONATRACH (2) , una mujer que trabaja en el Ministerio de Energía y Minas y otra del Ministerio de Medio Ambiente. Y si bien es cierto que estas dos mujeres, por pudor científico y honestidad intelectual, mostraron una debilidad real en el discurso ya que el peligro del gas de esquisto es conocido desde hace años en el mundo entero, éste no fue el caso, desgraciadamente de los dos hombres, que sin ningún empacho alguno, recalcaron que no sólo no existe ningún peligro en el recurso a la exploración y explotación del gas de esquisto sino que además ello supone una necesidad absoluta para la estrategia económica de Argelia.
El colmo, es que estos dos hombres son dos científicos. Con su argumentación engañosa artificiosa y falaz pusieron de relieve datos científicos. Lo que implica que para poder contradecirles, haga falta gozar de competencia científica.
Uno de estos dos hombres cometió, sin embargo, dos grandes imprudencias. La primera, porque declaró que Estados Unidos extraen el 40% de su energía a partir del gas de esquisto sin atentar, no obstante, ni contra el medio ambiente ni contra la salud de los ciudadanos americanos. En verdad, hay millones de americanos que en la actualidad sufren de cáncer a causa del gas de esquisto. Hay millones de cabezas de ganado que han sido declaradas no aptas para el consumo. Y la capa freática de las zonas afectadas por la explotación del gas de esquisto está peligrosamente contaminada. Los laboratorios de análisis, incluso aquéllos que están bajo la dirección de compañías petroleras y de gas, declararon el agua “no apta” para el consumo. Y todavía peor, miles de criadores de ganado y de agricultores americanos se declararon en quiebra debido a los efectos del gas de esquisto.
La segunda metedura de pata se produjo al hilo de la pregunta de la presentadora acerca de si sabía la razón por la que Francia rechazó el recurso al gas de esquisto en su territorio, a lo que el hombre respondió exactamente esto: “Existen al menos tres razones para ello. La primera, que París no tiene suficiente espacio para autorizar la circulación de camiones que transporten tubos de gas. La segunda razón es de orden político. Los parlamentarios franceses rechazaron la explotación del gas de esquisto en Francia. Y la tercera, que Francia saca la energía que necesita a partir de sus centrales nucleares”.
Nuestras lectoras y lectores notarán que estas explicaciones no son sólidas, por no decir que rozan el ridículo. Efectivamente, en lo que se refiere a la parte americana, son los responsables de compañías de hidrocarburos, los que afirman que el gas de esquisto no es peligroso. Nunca se han escuchado las voces de las personas que han sido víctimas de los efectos contaminantes provocados por la extracción de este tipo de gas. Cuando esto ocurre, son las asociaciones humanitarias y protectoras del medio ambiente las que lo hacen. Resulta que éstas no tienen peso ante estas compañías.
Del lado francés, la ciudad de París, es hasta que se demuestre lo contrario, más espaciosa que Argel. Y además, si los diputados franceses votaron contra la explotación del esquisto en su país, es porque conocen exactamente que es peligroso para el medio ambiente y la salud de sus conciudadanos. Por otra parte, no solo los diputados franceses son gentes instruidas y responsables, sino que también gozan de un poder que les otorga la ley de manera legítima. Por último, si la energía que necesita Francia la obtiene a partir de sus centrales nucleares, entonces ¿por qué París ordenó la explotación de gas de esquisto en Argelia? Ahí está precisamente su punto débil. Los franceses imponen a los argelinos lo que rechazan categóricamente para ellos mismos.
Desde luego, oficialmente, Argel hizo su elección con libertad. En realidad, no es así, ya que, no obstante, como es conocido, si el rebaño es atacado por el lobo es culpa del pastor. Efectivamente, en lugar de unirse como los dedos de una mano –puesto que la situación lo exige- los partidos políticos argelinos se pelean. Los partidos de la oposición se hacen oposición entre ellos. Es la política a la argelina. Ninguna universidad del mundo enseña esta ciencia. En cuanto a la actitud de nuestros diputados, no debe asombrar a nadie. Muchos de ellos no tienen idea alguna sobre la noción de gas de esquisto. Por otro lado, la presencia de estos diputados ignorantes en el hemiciclo Zirout Youcef (3) hace pensar en lo que hacen los malos alumnos en clase, cuando el profesor explica una lección y el alumno malo libera su mente para enviándola de veraneo. Con nuestros diputados, ocurre lo mismo. Cuando un ministro explica su proyecto, la mente del diputado piensa en el almuerzo que será servido luego en el comedor.
Es por lo que la cuestión fundamental que hoy se plantea, es saber ¿Cuántas víctimas provocará Francia en Argelia con su política del gas de esquito, por la cobardía de Argel?
Saïd Tissegouine, desde la ciudad de Tizi-Ouzou (Argelia).
Tamurt.info
(1) El esquisto, también conocido lutita o pizarra es una tipo de roca. En los lugares en los que abunda se suele extraer gas natural mediante un procedimiento medioambientalmente controvertido, que consiste en fracturar la roca hidráulicamente; el conocido como “fracking”.
(2) Es la empresa más importante de Argelia. Se dedica a los hidrocarburos y su acrónimo en francés se refiere a “Société Nationale pour la Recherche, la Production, le Transport, la Transformation, et la Commercialisation des Hydrocarbures”.
(3) El Parlamento argelino lleva el nombre de Youcef Zighoud que fue un destacado político y combatiente del Frente Nacional de Liberación durante la Guerra de Independencia de Argelia.
