Más de 500 refugiados burundeses han abandonado voluntariamente el campo de Kigeme, en el sur de Ruanda, para volver a sus casas en Burundi, el pasado día 18 de mayo.
El grupo, parte de los más de 5.000 que han estado viviendo en los campos, algunos desde 1972, decidió voluntariamente repatriarse, después de que las negociaciones entre los dos países, facilitadas por la Comisión para los Refugiados de Naciones Unidas, UNHCR, en lo que se conocía como reuniones tripartitas.
La ministra de Estado de Ruanda, declaró que en las reuniones tripartitas de 2005, ya se recomendaba que los refugiados abandonasen los campos de manera voluntaria, y la repatriación del día 18 de mayo, es una señal de que por fin, están dispuestos a regresar a su país, después de años como refugiados.
La ministra ruandesa ha señalado que el gobierno burundés ha expresado su deseo de tener a sus ciudadanos de vuelta en el país, para que contribuyan al desarrollo, después de años de conflicto.
“Burundi ha logrado la paz y necesita el esfuerzo de todos sus ciudadanos para su desarrollo económico, y el hecho de que los dos países ahora formen parte de la Comunidad del Este de África, no hay razón para llamar a nadie refugiado en un país miembro”, señaló la representante ruandesa.
Según la ministra, se espera que todos los refugiados hayan salido de los campos, para el 31 de mayo.
La UNHCR ha dado 100 dólares a cada refugiado para facilitar su supervivencia, mientras se instalan de nuevo en el país.
(African Press Agency, 19-05-09)