El ministro de Relaciones Exteriores de Yibuti, Mahmoud Ali Youssouf, ha asegurado que el «proceso de desbloqueo gradual» se ha puesto en marcha desde el pasado lunes. Yibuti, el país del este de África con un mayor prevalencia de casos de coronavirus, comenzará a levantar las medidas de encierro en un intento de aliviar la presión sobre su economía. Hasta la fecha, la pequeña nación del Cuerno de África, refugio de importantes bases militares estadounidenses y francesas, ha registrado hasta el momento 1.189 infecciones por coronavirus y tres muertes relacionadas. «Lo que está en juego es alto, pero no hay otra opción: la gente necesita ganarse la vida e ir a trabajar», declaró Youssouf.
El transporte público se reanudará y se permitirá la reapertura de los lugares de culto, aunque deberán seguir «medidas muy estrictas de protección» como el uso de mascarillas y el cumplimiento del distanciamiento físico, agregó Youssouf. «Las fronteras permanecerán cerradas, excepto para el personal humanitario, que seguirá un protocolo de prevención acordado para evitar reintroducir el virus». Incluso con estas medidas en vigor, Youssouf reconoció que «podrían surgir nuevos epicentros de contaminación en la capital» y aseguró que un grupo de trabajo nacional vigilaría la propagación de la COVID-19. Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC africanos) confirman que Yibuti tiene el mayor número de casos en África en relación con su población de alrededor de un millón de personas, aunque el número de pruebas realizadas también es mayor que el de sus vecinos.
El pasado 23 de marzo el gobierno anunció la aprobación del encierro nacional, cerró fronteras y lugares de culto, prohibió el transporte público y permitió salir únicamente a los trabajadores de las industrias esenciales. A pesar de ello, las medidas han sido parcialmente ignoradas, registrándose grandes multitudes en la ciudad de Yibuti, la capital. El presidente Ismail Omar Guelleh, en el poder desde 1999, advirtió el mes pasado de que se tomarían «medidas aún más duras» si la población no respetaba las reglas de confinamiento. La rigidez del encierro ha suscitado críticas contra Guelleh, que podría volver a postularse a la presidencia el próximo año tras suprimir el límite de tiempo de permanencia en el gobierno. Mientras tanto, el número de casos de la COVID-19 en África ha superado los 60.000, según una actualización de los CDC africanos. Las nuevas cifras del domingo mostraron que 2.114 personas habían muerto, mientras que 20.792 ya se han recuperado.
Fuente: Al Jazeera
[Traducción y edición, Patricia Fernández Blanco]
[Fundación Sur]
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