Wenceslao Mansogo se deja las tripas en Guinea Ecuatorial. por Nse Ramón

14/02/2012 | Bitácora africana

Un prestigioso periódico de marcado corte inteligente y democrático escribe en su formato on line el titular «Detenido un dirigente opositor ecuatoguineano por tráfico de órganos». Vamos, que si la seriedad empieza en los medios de comunicación occidentales, entonces la GACETA de Guinea Ecuatorial se llevaba el mayor p…remio al periodismo intelectual y cabal del año. EL PAIS es un periódico que «me gustaba mucho», pero desde hoy me bajo del carro y veré si puedo salvar a Público que está en problemas para mantenerse a flote. Por mi, EL PAIS se puede ir a tomar por culo junto a sus suplementos que me molaban y sus cds de películas antiguas. No quiero que me infecten con ese tipo de «errores» ya que no tiene sentido que alguien escriba un titular así sabiendo que el caso es más bien «investigado», si es que esa palabra en Guinea Ecuatorial tiene algún sentido ético. Lo dicho, a la mierda EL PAIS y a la mierda las políticas de España con el pueblo de Guinea Ecuatorial. Si España ya está rozando una nueva dictadura de la mano de los herederos de Franco encabezados por Rajoy que lo hagan, pero mientras «mayoría absoluta» no signifique «todos sin excepción», les pediré que entiendan la gravedad de acusar a alguien antes de que se sepa judicialmente el porqué de los hechos que lo incriminan en un acto supuestamente delictivo.

Nosotros estamos aquí para algo en concreto. Y es que aparte de creer en la labor noble de hacer que Obiang sea un dictador para la historia no repetible, pensamos igualmente de que la población necesitará grandes dosis de sentido común, de sentido de la responsabilidad, una buena reducción del patriotismo enfermizo y mucha, pero que mucha de la materia de la educación cívico social del cuál llegamos muchos a entender del porqué no se puede cruzar sin antes mirar por ambos lados por si viene un coche. Eso, que educar es salvar almas, es abrir vías para la buena convivencia y es ayudar a tener unos espacios para inter actuar notables. Guinea Ecuatorial funciona a golpe de estupidez institucional y eso ya lleva años haciendo y deshaciendo a su antojo. Es simple el funcionamiento, todos empiezan por creerse lo que no son. El fang en su mayoría se cree superior al bubi, el bubi cree que no tiene voz en el país, la voz se les niega a los annoboneses y ellos a su vez se apiadan del ndowé porque esos comparten espacio reducido con el invasor llegado del bosque. ¿Y los fernandinos?, nada, esos están ocupados en ir manteniendo las últimas cuerdas de su casi extinto poder para salvar uno que otro terrenito heredado del gran creador de la ciudad de San Carlos. Y esa creencia a lo que no es uno es la que lleva a unos seres afligidos a intentar contrarrestar el trabajo de un experto en manejar los intestinos delgados, gruesos, páncreas, riñones, pulmones, vejigas y demás intestinos ante las autoridades judiciales y policiales de la pequeña dictadura africana (pequeña por el tamaño de su territorio…).

Hagamos una especie de «película» de lo que pudo haber pasado para que estemos hoy consternados con una noticia que supera todos los cojones y chochos que transportaba hace muy poco una tal Fify la Mirrey entre la frontera de Camerún y nuestro país. La cosa va de intestinos, así que veamos.

El Doctor Wenceslao Mansogo recibe en su clínica a una mujer enferma, seguramente de gravedad, por lo que deciden operarla bajo el visto bueno de su amado esposo. El experto rápidamente se pone en marcha y empieza a remover cosas internas durante no se sabe cuánto tiempo, y como tiempo no era lo que lo sobraba al paciente abierto en canal, decide morir en plena actividad profesional médica sin andarse por las ramas de que el operante experto (por los estudios realizados…) es encima un opositor al régimen de Obiang. Se muere y pasa lo que suele pasarle a los muertos, que no se enteran de que había tanta gente que lo querría y por lo tanto no los ve llorar de dolor. Se muere porque Wenceslao, o cualquiera que sea un enterado en eso de abrir para sanar, no es Dios. Se muere de manera natural, sin muchas ganas de hacerlo, pero no puede ir contra la naturaleza y la palma. En países donde la cosa empieza por una investigación, que es una simple cuestión de transmites, por indicar las causas de la muerte y hacer un mini seguimiento de su enfermedad antes del quirófano para luego saber informar a sus familiares de la mala noticia, la cosa habría pasado a englosar la larga lista de casos que acaban con muerte en quirófano. Y así nos abríamos ahorrado titulares como los de EL PAIS. Pero Guinea Ecuatorial no es un país actualmente. Es un territorio en donde se juega constantemente con especular con la muerte, con la política de oposición y con los derechos de las personas.

El Doctor Wenceslao entrega el cadáver a sus parientes que se lo llevan a la morgue. Ya en dicha morgue, y sabe Dios porque razón, empiezan ellos otra operación, ésta vez sin que nadie entre en la legalidad del acto. ¿Hay alguna otra manera de saber de que faltan órganos del cuerpo de alguien si no es abriendo?. Creemos que no. Pues nada, ellos abren, seguramente con la ayuda de algún «profesional» y empiezan a buscar lo que podría faltarle a su querido fiambre. El profesional, o ellos mismos que son unos expertos en esas cosas del interior del cuerpo humano, les dice que falta de todo, vamos, que «éste cadáver ha salido del quirófano sin ni siquiera sus glóbulos rojos»… «¿Seguro señor profesional?»… «¡Segurísimo!, vamos, que aquí os han dado carne y un poco de grasa. El resto podría estar ahora en el porta hielos de Fify la… ¡Hups, perdón! esa es del PDGE… Podrían estar ahora en la nevera del opositor del CPDS». El resto de la historia ya la conocen ustedes que bien saben recibir previo seguimiento las informaciones de ASODEGUE. Wenceslao es llamado a declarar en la policía que lo retiene hasta nuestros días bajo acusación de ¿Tráfico de órganos humanos?.

Se dice, tanto en ASODEGUE, como en el impresentable periódico español, de que varios expertos, expertos forenses de verdad, han dicho que el cadaver tiene sus glóbulos rojos, su grasa y sus huesos en su sitio. «¿Y qué hay de los riñones y esas otras cosas viscosas?»… «Todo está en su sitio. Y llévense ya el cadáver al cementerio, que ya no es colonia lo que emana» aconsejan los expertos consultados para decidir que algunos se quieren hacer de buenos patriotas denunciando ante las autoridades que no ven a un experto en operar a gente para intentar salvarla de sus males, sino a un PELIGROSO opositor a nuestro querido y adorado Obiang que ha abierto la exclusiva clínica la paz para que los pobres dejen de ir a intentar sanarse en clínicas que tienen a gente del CPDS que lo único que busca es eliminar uno a uno a los guineoecuatorianos. Pero ni con esas Wenceslao se salva de presentarse ante un juez que imparte justicia a través de un teléfono móvil con linea directa en la casa de Armengol o de alguno que otro salvaje con poder. Y lo van a enjuiciar dentro de las marcadas leyes inexistentes de la inexistente justicia de la dictadura de Guinea Ecuatorial.

Paradójicamente, una chica intentó cruzar la cadena de hierro que separa Guinea Ecuatorial con la vecina Camerún con un parta hielo cargado de artículos que ya no harían correr el semen hacía un fecundo óvulo. La muchacha que es cantante incluso tuvo los ovarios, los santos, de amenazar a los hombres uniformados que la recordaron de que esto no funciona así «Debes hacernos llegar una cantidad para que nuestros ojos de repente dejen de ver. Pero pasa que tú has querido ir a tu bola y aquí nosotros somos muy serios haciendo nuestro trabajo niña». Para nuestro país fue fácil empezar a cuchichear sobre prácticas brujeriles y demás cosas de ese estilo alejados de la ciencia y de la inteligencia pura y dura. Y la chica esa está viva coleando por nuestras ciudades haciéndose pasar por una gran estrella del folklore nacional y mirando de reojo los pantalones de los varones que se le cruzan… Podría tener más oportunidades de hacerse con varios nabos para regocijo de su «protector» y ésta vez sí sabría mojar las barbas de las autoridades fronterizas. En cambio, el Doctor Wenceslao, que seguramente habrá operado con éxito a gente de Guinea Ecuatorial, seas del PDGE o de mamporro group, que puso sus vidas en sus expertas manos se encuentra ante un problema que procede de la falta de cerebro de los familiares, de la falta de sentido común de las autoridades policiales y de la falta de justicia de los jueces de Obiang al que él define como «Sátrapa sanguinario y carcamal» en sus propias narices (vive en Bata el doctor…).

Cuentan que el verdadero cabecilla de la trama de los órganos d la fallecida es su propio marido. Le acusan, lógicamente, los parientes de la fallecida. Según ellos, el hombre estaría hasta los huevos de vivir como un pobre diablo aleluyando al PDGE que afirma que en Guinea Ecuatorial no hay pobres (otra de Pascual Obama Asué. ¡Viejo Chocho!…) para pasar a enriquecerse a costa de su esposa que tenía todo lo vendible dentro del cuerpo. Es un poco surrealista la cosa, pero tratándose del país de Obiang Nguema Mbasogo (en su versión petrolero…), a nadie le debería extrañar que en breve nos deleiten con la acusación de que asesinó a su esposa para que su «cómplice» del CPDS le pudiera practicar la extirpación de los órganos internos que valen su precio en oro en el mercado negro. Pero ocurre que los forenses aseguran y afirman de que «las cosas están en su sitio». Y es posible que nada salga en claro del caso, ya que basta conque las siglas del único partido de la oposición con representación en el parlamento que no representa ni a los pigmeos escondidos en el bosque ecuatorial aparezca en primera plana, para que el pueblo de la gente que se cree lo que no es se diga «Con tal de ganar a Obiang, son capaces de todo estos opositores».

Pero la mujer sigue con sus «internos» bien puestos. Estará pidiendo a gritos de que se la ponga bajo tierra y que la inscripción R.I.P refleje en su lápida lo que en estos solitarios momentos exige a la humanidad de Guinea Ecuatorial que se quedará en vida para seguir soportando, no se sabe cuánto tiempo, al impresentable de Obiang Nguema Mbasogo y a sus robotizados representantes de las instituciones que velan por el «mal» funcionamiento del aparto de Estado en claro des-beneficio de la sociedad que lo conforma. Es un tanto precipitado situarnos de lado del Doctor, pero sabiendo cómo funcionan las cosas en Guinea Ecuatorial, no nos podemos quedar de brazos cruzados viendo cómo se empieza la cacería de un hombre que se ha dejado las tripas por una Guinea Mejor. y mucho más sana.

Y Wenceslao, para cerrar nuestra carta de LOCO de hoy, es un opositor declarado. No se fuma la pipa engañosa de Obiang y es activo militante del CPDS, ese partido al que podemos criticar cuando nos da la gana sin que por ello varios de sus jefes nos feliciten por nuestra labor. Con eso de que el hombre es un opositor al régimen, la cosa adquiere tintes de muy marcada tendencia política y de persecución. A Wenceslao, al Doctor Wenceslao no lo tendrán ahí porque la mujer haya muerto en su clínica. No lo retendrán en esos antros guantanamístas porque le falte, según la familia afligida, cosas internas a su paciente fallecida en sus manos. No lo encarcelarán por que haya cometido una falta grave penalizada por las leyes nacionales que previenen errores en el tratamiento de vidas en el quirófano. Al Doctor lo tienen en ese lugar porque les sale de los cojones. Porque no hay comisario del PDGE que tenga la inteligencia de investigar muy bien las acusaciones, no hay juez del PDGE que se desmarque de la linea política de su «dueño» y no hay sociedad establecida que se indigne por casos como los de la cantante transporta huebos de ser humano. Le darán trato de opositor, como es habitual, y ya sabemos cómo se las gastan esos malditos bastardos con los opositores. La verdad sea dicha sin miedo…

A Wenceslao ya lo han marcado de por vida, profesionalmente hablando.

Los guineoecuatorianos no acostumbran a beber en los vasos por miedo al envenenamiento. Son propensos a apartar la aspirina para buscar soluciones en la hierba del grigrí de turno y creen la invasión de los espíritus en los cuerpos de los «poseídos» cuando danzan en una ceremonia tradicional. En un país donde ocurren esas cosas tan alejadas de la realidad más candente como lo que es la dictadura pura y dura, lo normal es que un OPOSITOR QUE TRAFICA CON ÓRGANOS HUMANOS y que sale en el periódico prestigioso español como EL PAIS, logre que la SENTENCIA no pase por la decisión de un juez.

Al doctor Wenceslao ya lo han condenado y el veredicto de la sociedad, mas España, más el PDGE y sus políticas es… CULPABLE.

¿Pero culpable de qué?

Nsé, sigamos viendo pasar nuestra insoportable dictatorial vida ante nuestros ojos. Continuemos dándonos a nosotros mismos la calificación social de: 0 a la izquierda en la asignatura de la EDUCACIÓN CÍVICO SOCIAL.

MI FRASE DE LA SEMANA: «Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas»

Autor

  • Nse, Ramón

    Nse Ramón o Ramón Esono Ebalé (alias Jamón y Queso) es un artista guineoecuatoriano nacido en Nkoa-Nen Yebekuan (Mikomeseng-Kie Ntem) en 1977 y residente en Malabo desde 1982. Dibujante e ilustrador autodidacta, compagina su pasión por el dibujo y el cómic con su trabajo de grafista. Actualmente es el grafista titular del Centro Cultural de España en Malabo y como dibujante de cómics ha ganado varios premios y certámenes internacionales como el concurso "Regarde 9", en el Festival Internacional de BD de Angulema (Francia), el premio obtenido en Cocobulles, Costa de Marfil con el trabajo "Le réveil d'Akoyo". Ha expuesto en los Centros Culturales Francés y Español en Malabo y Bata, en el Feshcary (Camerún) y en diversas galerías de Europa, América y Estados Unidos. El artista ha iniciado diferentes proyectos para organismos internacionales que operan en Guinea Ecuatorial realizando carteles e ilustraciones para la campaña de la Unión Africana en fomento de la Juventud y sus Derechos de la Organización de la Unión Africana.

    Participó en ARCO2010 con dos series ácidas y corrosivas sobre las dictaduras y la corrupción

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