La continuada violencia en la República Democrática del Congo, está siendo avivada por las compañías occidentales que compran los minerales del país, sin comprobar oficialmente su origen, según insiste un nuevo informe publicado el día 22 de julio.
Global Witness asegura que el ejército congoleño y otros grupos armados en el este del país controlan la mayoría de la actividad minera y la comercialización de casiterita, coltan, volframita, a menudo haciendo uso de personas obligadas a realizar trabajos forzados.
El informe argumenta que este comercio está prolongando el conflicto que ya dura 12 años, en la zona, en el que se han producido asesinatos en masa y violaciones. Cerca de 100.000 personas se han visto forzadas a huir de sus casas sólo en los últimos meses.
“Mientras que las partes que se enfrentan con las armas puedan financiarse mediante el comercio internacional, seguirán pudiendo infligir violencia generalizada a la población”.
El informe pide sanciones de la ONU contra las firmas extranjeras que compran minerales de intermediarios sin investigar quién se está beneficiando de su adquisición. Muchas de las firmas acusadas son belgas, pero Global Witness también pide sanciones de la ONU contra una compañía británica, Amalgamated Metal Corporation, AMC, con sede en Londres, cuya subsidiaria, Thaisarco, compra casiterita en el este del Congo R.D.
Global Witness reconoce que Thaisarco adquiere minerales a agentes legales, autorizados por el gobierno, pero argumenta que la compañía debería hacer algo más por averiguar quién está abasteciendo a esos agentes. La organización apunta a una resolución de la ONU que imponga sanciones, como congelar los activos de individuos o compañías que ayudan a los grupos armados congoleños, a través del comercio de recursos naturales.
El informe afirma que el principal proveedor de Thaisarco en la región del Kivu Sur, el centro del conflicto, obtiene su casiterita de minas controladas por el Frente Democrático para la Liberación de Ruanda, FDLR, una de las principales facciones enfrentadas en el conflicto. Entre sus líderes hay hutus que estuvieron involucrados en el genocidio de 1994.
La AMC ha negado cualquier incorrección, declarando que siempre ha seguido los consejos de la ONU en su comercio en la región y que está en proceso de implementar medidas más rigurosas, para aumentar la transparencia en el comercio de la casiterita.
“Tanto AMC como Thaisarco siempre han pretendido cumplir los requisitos y recomendaciones de la ONU con respecto a los minerales de origen congoleño. De acuerdo con esto, Thaisarco adquiere los minerales en el Congo R.D. sujetos a un programa implantado recientemente, formal y detallado, que pretende infundir transparencia a toda la cadena de abastecimiento”, señala la empresa en un comunicado.
Las nuevas medidas para toda la industria, conocida como Iniciativa de la cadena de abastecimiento de estaño, fueron lanzadas en pasado 1 de julio, después de que el informe de Global Witness estuviera terminado.
“La Iniciativa de la Cadena de Abastecimiento tiene como objetivo principal la facilidad de seguimiento, para asegurar que el comercio no beneficia a grupos rebeldes o renegados”, señala AMC.
(Mail & Guardian, Suráfrica, 22-07-09)