Una misión africana, elaborada conjuntamente por Zambia, Senegal, la República del Congo, Uganda, Egipto y Sudáfrica, viajara hasta Rusia y Ucrania con el objetivo de lograr mediar entre los dos países en conflicto. Según el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, la misión obtuvo tanto el beneplácito del presidente ruso, Vladimir Putin, como del presidente de ucrania, Volodymyr Zelensky, tras unas llamadas telefónicas que mantuvo con ambos líderes, aunque todavía no se ha concretado una fecha exacta para iniciar las conversaciones.
Algunos países, como EE. UU. o el Reino Unido se han mostrado reticentes hacia esta iniciativa. EE. UU., por ejemplo, criticó a Sudáfrica por su presunta colaboración con Rusia, pues dice haber sido testigo de la carga de armamento en una embarcación rusa en Ciudad del Cabo, pese a que más tarde le embajador estadounidense “admitió que cruzó la línea y pidió disculpas al Gobierno y al pueblo de Sudáfrica”. Sin embargo, Ramaphosa insiste en que Sudáfrica es imparcial ante el conflicto y afirma que no tomará partido entre las dos partes implicadas.
La guerra entre Rusia y Ucrania afecta de forma negativa al continente africano, sobre todo en la importación de cereales y el comercio en general. La propuesta ha sido muy bien recibida tanto por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, como por la Unión Africana.
[Traducción y edición, Guillermo de Simón
e Itzá Camacho]
[CIDAF-UCM]
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