Después de 10 años de impunidad de los autores de violencias sexuales, la justicia congoleña se organiza; están en marcha varios procesos por violación en el este del Congo. Ello hace nacer la esperanza de que se ponga fin a actos bárbaros y al deshonor de las víctimas.
La violación se había convertido tras tantos años de guerra en el destino cotidiano de muchas congoleñas. La ONU estima que desde 1998 han sido violadas en la RDC más de 200.000 mujeres. El número de estos actos incalificables sigue siendo elevado. Sólo en el territorio de Walungu, una ONG ha contado 102 violencias sexuales en el mes de enero de 2011.
Las autoridades congoleñas y la comunidad internacional han terminado por poner en pie un sistema judicial en los dos Kivus. Estamos asistiendo a numerosos procesos, entre ellos el proceso de Fizi en el que varios oficiales superiores del ejército regular y varios soldados han sido condenados a 20 años de cárcel por violación.
El sistema judicial establecido forma parte de un amplio programa que trata de estabilizar la situación: recogida de datos, seguimiento psicomédico de las víctimas, reforma del sector de seguridad, prevención y lucha contra la impunidad. Este programa ha permitido a las víctimas vencer el estadio del miedo y denunciar a sus verdugos y reclamar justicia, que, sin embargo, sigue siendo un terreno sembrado de trampas. En efecto, numerosos culpables se han escapado; es muy difícil apresar a los rebeldes; las indemnizaciones a las víctimas son insuficientes o no llegan.
Pero, a pesar de las imperfecciones hay que dar la bienvenida a los pasos que se han dado; hay una esperanza de que se haga justicia a las mujeres víctimas de un auténtico Apocalipsis en los Kivu.
Ephrem Mutabazi
Jambonews.net, 6 de mayo de 2011.
Traducido por Ramón Arozarena.