Una de chinos, por Chema Caballero

24/11/2009 | Bitácora africana

Ayer también fue fiesta, como el fin del Ramadán cayó en sábado el gobierno dio vacaciones el lunes. Pero aquí casi no se notó. La gente siguió a sus quehaceres cotidianos. El sábado había sido más que suficiente.

Parece que el baile del sábado por la noche se llenó a pesar de la tormenta. Toda Madina y aldeas del alrededor estaban allí. Como de costumbre el baile se prolongó hasta las cinco o seis de la mañana.

El domingo la iglesia estaba vacía como era de esperar. Los pocos feligreses que decidieron cumplir con el precepto dominical parecían búhos, sentados muy tiesos en sus bancos, con los ojos abiertos de par en par y haciendo un esfuerzo enorme por no dormirse. De lo más deprimente dar un sermón en estas condiciones.

Ya antes de comenzar la misa me encontraba yo un poco bajo de moral, y por la tarde me di cuenta del motivo, un constipado enorme. Me lo pasó Medo, que llevaba varios días resfriado y yo se lo he debido de pasar a Bakarr que es el que hoy está pachucho.

El sábado comencé a ponerme al día con los correos que tenía atrasados y pensaba continuar el domingo y el lunes. Pero no fue posible. El domingo por la tarde fui incapaz de hacer nada y el lunes después de visitar Kamassasa y Kabassa tuve que tumbarme en la cama y descansar un poco porque me dolía todo el cuerpo.

El lunes por la tarde me vi una película en el ordenador. Hacía mucho que no veía una. He abandonado la costumbre de verlas los domingos por la tarde, siempre enredado en el trabajo. Elegí “La pesadilla de Darwin”, que más que una película es un documental y que no es la mejor elección para recuperarse de un constipado. Siempre interesante. Me di cuenta de un detalle en el que nunca me había fijado: una de las veces, cuando están hablando los pilotos rusos, en la tele de fondo se ven imágenes de otra película “Gato negro, gato blanco” de Kusturica. Una película que me gusta muchísimo.

Esta mañana ya me encontraba algo mejor y he llevado a Pa Konko, el pintor, a Kathirie para que empiece a pintar la escuela. Luego he pasado por Mafafila a ver como han quedado los pupitres que acabamos de hacer. Esta escuela ya está terminada y eso da alegría por todo el retraso de obras que llevamos este año debido a las elecciones.

Camino de Kathirie me encontré con uno de los muchos camiones que llegan hasta aquí todos los días a cargar la madera que los chinos están sacando de esta selva. Son toneladas las que se llevan.

La gente sigue quejándose de este saqueo. El otro día hablaba con algunos jóvenes sobre el tema y les preguntaba qué iban a hacer con respecto a este asunto:

– No podemos hacer nada –respondió Gibo- los chinos han dado siete millones a Dauda, el consejero, y este les ha permitido seguir con sus actividades.

– Entonces, ¿todo el jaleo que montó Dauda, paralizando el trabajo de los chinos y denunciándoles a la policía, para que sirvió? –pregunté yo.

– Para nada, en cuanto le dieron el dinero se olvidó de todo.

Es lo que me temía, las razones que indujeron a Dauda a dar una paliza a los trabajadores de los chinos y ha paralizar todo el trabajo no eran razones ecológicas sino económicas. En cuanto consiguió dinero todo es válido y por eso todos los días son dos y tres los camiones que salen de Madina cargados de madera.

Intenté hablar con la otra consejera, Hawa, para ver que me decía ella del tema. Evidentemente ella no mencionó el dinero que seguramente también ha recibido sino que habló de que estos chinos han prometido que van a poner una plantación de árboles de la goma en los alrededores de Madina, lo que dará trabajo a muchos jóvenes. Tan contenta está Hawa con el proyecto que ha alojado a los chinos en su casa hasta que estos encuentren una que puedan alquilar.

Así que ahora tengo dos vecinos chinos, porque la casa de Hawa está pegada a la misión. Nadie sabe como se llaman, todos se refieren a ellos como “el chino de la radio”, porque se pasa el día con una radio en la mano escuchando música, y “el otro, el que no tiene radio”. Están todo el día fuera. Vuelven a Madina a media tarde, cuando han terminado de cargar los camiones, se ponen sus pijamas y se dan un paseo por el pueblo. No saludan, no hablan, sólo pasean.

Por cierto, a todos los que me habéis preguntado en vuestros correos que si además de hombres leopardos hay mujeres panteras por aquí, he de deciros que haberlas ahílas.

Autor

  • Caballero, Chema

    Chema Caballero nacido en septiembre de 1961, se licenció en derecho en 1984 y en Estudios eclesiásticos en 1995 Ordenado Sacerdote, dentro de la Congregación de los Misioneros Javerianos,
    en 1995. Llega a Sierra Leona en 1992, donde ha realizado trabajos de promoción de Justicia y Paz y Derechos Humanos. Desde 1999 fue director del programa de rehabilitación de niños y niñas soldados de los Misioneros Javerianos en Sierra Leona. En la , desde abril de 2004 compaginó esta labor con la dirección de un nuevo proyecto en la zona más subdesarrollada de Sierra Leona, Tonko Limba. El proyecto titulado “Educación como motor del desarrollo” consiste en la construcción de escuelas, formación de profesorado y concienciación de los padres para que manden a sus hijos e hijas al colegio.

    Regresó a España donde sigue trabajndo para y por África

    Tiene diversos premios entre ellos el premio Internacional Alfonso Comín y la medalla de extremadura.

    Es fundador de la ONG Desarrollo y educación en Sierra Leona .

    En Bitácora Africana se publicarán los escritos que Chema Caballero tiene en su blog de la página web de la ONG DYES, e iremos recogiendo tanto los que escribió durante su estancia en Sierra Leona, donde nos introduce en el trabajo diario que realizaba y vemos como es la sociedad en Madina , como los que ahora escribe ya en España , siempre con el corazón puesto en África

    www.ongdyes.es

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