La idea se le ocurrió en 2008 después de los disturbios que había experimentado su país. Empieza a pensar en sustituir el trigo importado por féculas de producción propia.
El proyecto le llevó tres años, el tiempo de encontrar la fórmula correcta para que su producto tuviera las mismas características que las pastas importadas, sobre todo en términos de viscosidad.
Finalmente encuentra la fórmula ideal y conoce a un futuro gran cliente: el jefe de cocina de los Leones Indomables de Camerún. La Selección de fútbol de Camerún que le compra 750 paquetes para llevarlos a la Copa del Mundo de 2014 en Brasil.
Hoy gracias a esta experiencia, planea expandir su negocio a través de toda África.
Sólo necesita una financiación de 2 millones de francos CFA (3.000 euros) para la rehabilitación de una antigua fábrica abandonada e instalar su equipo de trabajo, si no lo consigue, Dorothy corre el riesgo de que su proyecto fracase.
Dorothy ha pensado y actuado sola hasta el momento.
Esto es lo que sucede cuando el africano piensa por sí mismo, que despierta su propia creatividad. Y a la inversa, el que sólo está a la espera de las soluciones de occidente mata su creatividad.
Los occidentales casi no conocen la yuca, controlan muy pocos tubérculos africanos, entonces es absurdo que sean ellos los que vengan a darnos ideas. Todo esto es falta de confianza en nosotros mismos.
Esta mujer ha confiado en ella misma, vivió angustiada los disturbios en su país y se hizo esta pregunta: «¿por qué los disturbios?»
Respuesta: porque no hay bastante trigo, es demasiado caro, hay muy poca oferta de trigo.
Solución: ¿y si encontramos algo para reemplazar el trigo? algo accesible. Pensó en la yuca y ya fue todo rodado.
Hoy hace pasta a base de yuca y podrá llegar a convertirse en la Panzani o la espagueti de mañana, con un volumen de negocio de miles de millones de dólares, porque África consume mucha pasta.
Pero el problema es que no tiene capital suficiente para financiar la inmensidad del proyecto,
Aquí es donde la diáspora está mejor equipada debido a que en la diáspora, se tiene un trabajo, se pueden ahorrar 3000 euros en 1 año
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