La renuncia de Pedro Sánchez a la cabeza de la formación socialista es, sin duda, una buena noticia para Marruecos. Su proximidad a la formación de izquierda radical de Podemos, con la que había tratado sin éxito de formar un gobierno en la primavera, se posicionaba en contra de los intereses del reino en España.
Sin embargo, la señora Díaz predica otra política de entendimiento con Rabat. Al igual que Rodríguez Zapatero hizo en 2002, Susana Díaz se había reunido con el Rey Mohammed VI en septiembre de 2014 en Tetuán. Una audiencia sorpresa, que no estaba en la agenda de la presidenta de Andalucía, en medio de un viaje oficial a Marruecos.
Dos semanas después de sus conversaciones con el soberano, Susana Díaz se oponía al viaje a los campamentos saharauis de Tinduf del vicepresidente andaluz, Diego Valderas, perteneciente a Izquierda Unida (IU). Susana Díaz recalcó a la prensa que ningún gobierno «va a visitar Tinduf», añadiendo que su ejecutivo no estaba capacitado para «intervenir en los conflictos internacionales» y que debían «respetar la posición de España» en la cuestión del Sáhara Occidental.
Mohammed Jaabouk
Yabiladi.com