El rico patrimonio de cine africano Uagadugú está en peligro. Se trata de la supervivencia de una parte de nuestra memoria colectiva: los fondos de la Biblioteca de Cine Africano de Uagadugú (CAD), en Burkina Faso, que se va deteriorando y con ello un siglo de memoria audiovisual africana.
Alrededor de 6.000 fotos así como 2.000 bobinas originales, muchas de ellas todavía sin inventariar, deben ser salvadas. ¿Cómo preservar este patrimonio cinematográfico? La digitalización de los archivos, con una gestión electrónica de documentos (DMS) o incluso un sistema de archivo electrónico (SAE) de acuerdo con el estatuto otorgado a los contenidos, podrían ayudar a lograr esta misión.
Una memoria fílmica del continente
El CAD, institución pública del Estado de Burkina Faso, se fundó en 1989. La idea de esta institución única brotó de la Federación Africana de Cineastas (FEPACI) y se puso, en su creación, bajo la tutela del Festival panafricano de cine y televisión de Ouagadougou (FESPACO). El festival, casi único en el continente, ofrece cada dos años a los profesionales de la imagen en África una visibilidad artística, una posibilidad de prácticas y un trampolín económico.
Situado desde 2005 en las nuevas instalaciones de la Fespaco, el CAD guarda en sus instalaciones los equipos: proyectores de 35 mm y digitales, pantallas y equipos de sonido. Posee, además, miles de fotos, carteles de cine y cientos de bobinas de inestimable valor audiovisuales.
Algunas se remontan al período de 1920-1950 y fueron rodadas en las colonias africanas; otras nos sumergen en la década de los 60, y tratan temas como la agricultura, la salud y el comercio. Otras están relacionadas con las obras de los grandes cineastas de África: Souleman Cissé, Idrissa Ouedraogo, Sembene Ousmane, Moustapha Alhassane, Paulin Vieyra Soumanou o Djibril Diop.
Esta herencia cinematográfica consiste en documentales, obras de ficción, noticiarios, películas y cortometrajes que provienen de la industria del cine de todas partes de África y en particular de la CEDEAO.
Un patrimonio socavado constantemente
Este patrimonio ha sufrido, desde su creación, diversos ataques, tanto climáticos como humanos. Se vio afectado por las inundaciones de septiembre de 2009 y el incendio de su sala multifuncional en enero de 2013. A pesar de la modernización de las instalaciones en el año 1995, la sala que contiene todo este material se enfrenta a la alta humedad y a la alta temperatura de la zona del Sahel, y a los efectos del viento y el polvo.
También debemos deplorar diversos actos maliciosos y otros incidentes no deseados durante su manipulación, así como la simple falta de formación del personal, las falta de sensibilización de las autoridades tutelares y la estrechez del presupuesto asignado por el Estado al Fespaco.
Si excluimos la reubicación territorial de los archivos, por motivos relacionados con la historia, la experiencia, la legitimidad y la actividad artística y económica de Uagadugú en la subregión, entonces sólo queda la solución de su preservación física y virtual.
La conservación física a través de medios técnicos sostenibles. La modernización y el desarrollo de las instalaciones de almacenamiento de archivos de seguridad, formación del personal, concienciación de los reguladores y el fortalecimiento de la cooperación (UNESCO, Ina, etc.) son soluciones perfectamente concebibles.
La preservación virtual con el proceso de digitalización de documentos a través de soluciones tipo GED, para preparar, analizar, almacenar y distribuir documentos, es muy posible. Atraer sectores privados como la fundación Martin Scorsese o la Unesco, para tratar de salvar miles de bobinas de la CAD puede ser otra opción. Pero está claro que en este tipo de proyectos, las soluciones de origen local son, a menudo, las más exitosas.
La promesa de una rica producción audiovisual
El reto de la conservación, la restauración y la sostenibilidad de los archivos audiovisuales en África es bien conocido en la actualidad. Pero está poco mediatizado. La ignorancia, por múltiples razones como el saqueo, el comercio ilegal, el clima, los conflictos, etc., pueden hacer peligrar una gran parte de la memoria africana.
Sin embargo, es fácil entender que las prioridades están en otra parte. Frente a los problemas económicos, demográficos, alimentarios, sanitarios, militares y geopolíticos a los que se enfrentan las naciones africanas, estas cuestiones patrimoniales parecen secundarias.
Fespaco se celebrará en febrero de 2017 y de su efervescencia creativa, el acceso a este rico pasado de cine africano es aún más importante que el futuro de la producción audiovisual que es, ahora, felizmente prometedor.
slateafrique.com
Fundación Sur