El superior del convento de los carmelitas descalzos en Bangui, el misionero italiano Federico Trinchero comparte con sus hermanos de la orden carmelita la situación de la República Centroafricana, antes de la visita del Papa Francisco. Una situación tensa y peligrosa.
“Desgraciadamente, después de casi 3 años desde que comenzaron las revueltas en la República Centroafricana, la situación no mejora. En Bangui, en particular son frecuentes las batallas y altercados entre musulmanes y no musulmanes. Cada incidente lleva consigo sus propias represalias, muertes, saqueos y destrucción. Esto tiene consecuencias penosas para la población que se ve obligada a huir, abandonando la casa y lo poco que –con tanto esfuerzo– han podido cosechar. Así, sin rumbo fijo, se ponen a caminar buscando refugio en algún lugar, en las misiones, en las iglesias. En nuestro convento del Carmelo, al amparo del cual se juntaban la módica cifra de 2.000 personas, ahora ha vuelto a aumentar de nuevo a 7.400.
La carretera entre Bangui y Bossemptele y hacia el Camerún (que es la única por donde pueden llegar los víveres, el carburante y las mercancías) está prácticamente cortada desde hace más de mes y medio…
Y esto a menos de un mes de la visita prevista del Papa Francisco (el 29 y 30 noviembre)… No sabemos si llegará a venir, como tampoco sabemos si conseguiremos llegar a verlo…
El miércoles por la tarde me puse en camino con unas hermanas de Bozoum (sor Lidia, sor Cristina, y sor Anita) para acompañarlas y visitar un poco el centro de la diócesis. Hicimos una parada en Baoro, donde compartimos la alegría de padres y hermanas que estaban festejando el onomástico del padre Carlo. El jueves llegamos a Bouar, donde pudimos saludar al obispo, las clarisas y varias comunidades. Fue un gozo poder saludar también al padre Mathieu, un sacerdote polaco que fue secuestrado en el mes de noviembre del año pasado, y ha sido liberado hace poco más de veinte días. El viernes por la mañana estuvimos en otras reuniones, encuentros y comprando medicinas para el dispensario. Y desde ahí emprendimos la vuelta, a primera hora de la tarde, bajo la lluvia.
Las carreteras siguen degradándose: para ir de Bossemptele a Bozoum hacen falta ya dos horas y media… solo para recorrer 87 km. Llegamos a Bozoum a las 19h 15, a tiempo para la cena. La acogida de estas comunidades es el mejor signo de comunión y fraternidad”
Desde el país han aconsejado al Papa que no vaya y suspenda el viaje, dada la situación de inestabilidad, y al no poder garantizar plenamente su seguridad.
OMP
Fundación Sur
