Un marroquí acusado de ir vestido demasiado ´femenino´ y de andar ´afeminadamente´, fue asaltado anoche por un grupo de jóvenes marroquíes que lo tiraron al suelo y golpearon durante varios minutos en plena calle.
La víctima, que intentó fallidamente refugiarse en un taxi, consiguió tras varios minutos de calvario correr hacia un policía que dispersó al grupo con un disparo al aire.
Marruecos no es el único lugar donde se han producido indignantes casos de violencia contra homosexuales, ya que actualmente existen 79 países en el mundo donde la homosexualidad está castigada con pena de cárcel. Ghana es un claro ejemplo de esta injusta realidad. En agosto de 2014, un estudiante de 21 años fue arrestado y encarcelado tras recibir amenazas de muerte en el colegio. Un año antes, George Reginald Freeman, el director del grupo activista LGBT, fue violentamente atacado en Sierra Leona, tras hacerse pública su orientación sexual. Según el artículo publicado por Colin Stewart, en 2014 se registraba un total de 99 personas encarceladas por ser homosexuales o bisexuales y otras 148 que esperaban juicio.
Debido a la escasez de libertad de expresión en la mayoría de estos países, se puede asegurar que el número de casos registrados es mucho menor que la cifra real y que las atrocidades cometidas hacia estos ´violadores de la ley´ son mucho más agresivas que lo que los medios de comunicación locales informan.
El Ministro de Justicia de Marruecos ha prometido que abrirá una investigación para identificar a los culpables de esta agresión y poder así presentar cargos contra ´aquellos que han tratado de reemplazar la ley´. Estas medidas que el Ministro de Justicia ve como justas y suficientes, tal vez deban enfocarse hacia un replanteamiento de esta ley que es cada día más insostenible y que incita a los propios ciudadanos a cometer crueldades que violan los derechos de los seres humanos.
Claudia Velilla Zuloaga
