Un informe acusa a los Estados Unidos de disimular una maniobra minera detrás del acuerdo de «paz» Ruanda-República Democrática del Congo

28/10/2025 | Crónicas y reportajes

Mientras el presidente americano Donald Trump ha saludado el acuerdo de “paz” entre Ruanda y la República Democrática del Congo como el final de una guerra sangrienta de tres décadas, un informe de Oakland Institute arroja una sombra sobre este anuncio. El documento afirma que esta iniciativa oculta ante todo una estrategia americana cuyo objetivo es consolidar el control de los minerales críticos congoleños.

Según Frédéric Mousseau, coautor del informe, la injerencia de los Estados Unidos (EE. UU.) en los asuntos congoleños no sería algo nuevo; siempre ha estado ligada al objetivo de garantizar el acceso a los minerales esenciales. El informe avanza que el aplaudido acuerdo se inscribe en una continuidad histórica en la que los intereses mineros han dictado la política extranjera americana en la región.

Para los investigadores de Oakland este entendimiento diplomático no significaría un paso hacia la paz, sino más bien un “acuerdo ganador-perdedor”. Consideran que es esencialmente provechoso para las empresas americanas y para Ruanda, en detrimento de la soberanía congoleña, y que recompensa a Ruanda por sus décadas de pillaje de los recursos congoleños, ya que Kigali y su aliado el movimiento rebelde M23 han reforzado su control sobre el este del Congo.

El informe, que se apoya en un análisis del comercio del coltán, releva el protagonismo central de los EE. UU. en el blanqueo de minerales congoleños por medio del contrabando. Entre 2013 y 2018 las exportaciones de tantalio, metal extraído del coltan, desde Ruanda hacia los Estados Unidos se habrían multiplicado por 15. Este espectacular aumento de las importaciones se produjo tras la primera ofensiva del M23 en 2012, lo que muestra la complacencia americana ante el comercio ilegal de los recursos provenientes de zonas de conflicto. Más de la mitad del tantalio importado por los EE. UU. provenía de Ruanda, cuando la producción nacional es muy limitada.

Para el Instituto, con sede en California, el acuerdo de “paz” entre Kinshasa y Kigali no haría más que institucionalizar este comercio equívoco. Al favorecer la integración económica regional, Washington abriría la vía para la legalización del blanqueo de minerales congoleños, disimulados bajo la etiqueta de ruandeses.

El informe alerta sobre una nueva forma de dominación neocolonial, en la que la paz serviría de tapadera de una desenfrenada carrera por el control de los recursos estratégicos del subsuelo congoleño

[Traducción y edición, Ramón Arozarena]

Fuente: mediacongo.net

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