Michael Morrow, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Juba, afirmó que las sanciones que probablemente se impongan a la joven nación podrían tener forma de un embargo de armas o restricciones económicas y bancarias.
Según Morrow, las medidas más duras afectarían a aquellos que tratan de impedir el proceso de paz supervisado por los líderes regionales. “Si alguien incumple su compromiso, pueden esperar enfrentarse a medidas duras», dijo el alto funcionario de los EE.UU., enfatizando también la necesidad de que las partes en conflicto cumplan con el alto el fuego.
Sanciones previas
En septiembre, el Gobierno estadounidense impuso sanciones a dos funcionarios de Sudán del Sur y un exjefe del personal militar, acusándolos de alimentar y sacar provecho de la guerra civil que tiene lugar en el país.
En un comunicado, el Departamento del Tesoro de EE. UU., aseguró haber incluido en la lista negra a Malek Reuben Riak Rengu, vicejefe de logística de defensa del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán, a Paul Malong, exjefe del ejército que fue despedido en mayo, y al Ministro de Información, Michael Makuei Lueth. Las medidas congelan cualquier activo que estos tengan en los EE. UU. o que esté vinculado al sistema financiero estadounidense.
El Tesoro de EE. UU. acusó a Riak de haber sido una figura fundamental para la adquisición de armas durante los primeros años del conflicto y de ayudar a planificar la ofensiva de abril de 2015 en Unity State. También lo responsabilizó de crear contratos militares a precios inflados «para recibir cuantiosas comisiones”. Además, el Tesoro de EE. UU. incluyó en la lista negra a All Energy Investments, A + Engineering, Electronics & Media Printing y Mak International Services. Según la institución estadounidense, esta última sería propiedad o se encontraría bajo el control de Riak.
Por otro lado, el Tesoro también afirmó que el exjefe de personal Malong «no desalentó» el asesinato de civiles en la ciudad de Wau el año pasado y acusó al Ministro de Información del país de ataques contra la misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur y de obstruir las operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz. En julio de 2015, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impuso sanciones a seis generales de Sudán del Sur acusados de alimentar el conflicto en la nación más joven del mundo. Los generales, tres de cada bando, se enfrentarían a prohibiciones de viajes globales y a la congelación de activos.
La guerra civil de Sudán del Sur, que entra ya en su cuarto año, ha acabado ya con la vida de decenas de miles de personas y ha desplazado a más de dos millones desde que estalló a mediados de diciembre de 2013.
Fuente: Sudan Tribune
[Traducción, Elvira Vara]
[Fundación Sur]
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