¿Los residuos plásticos podrían alimentar tu coche? Un empresario keniano está haciendo precisamente eso.
James Muritu y su empresa “Progreen Innovations Limited” están convirtiendo los residuos plásticos en combustible para impulsar automóviles y motores de todo tipo.
Al calentar el plástico a temperaturas muy altas en ausencia de oxígeno, en un proceso conocido como pirólisis, Muritu convierte los residuos nuevamente en un líquido de aceite o hidrocarburo. Uno de los subproductos de este proceso es el biocarbón, que luego se utiliza como combustible para los hornos.
«Producimos dos tipos de combustible alternativo. El primero es la gasolina alternativa que se utiliza para máquinas pequeñas y medianas. El combustible diésel alternativo que pueden utilizar los motores diésel de servicio pesado: los generadores, también lo utilizan los vehículos, como mi propio vehículo«, dice Muritu.
Dado que los residuos plásticos son un problema creciente en todo el mundo, el proyecto “Progreen Innovations” es muy oportuno. La producción mundial de residuos asciende a 400 millones de toneladas al año, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Sólo el 12% de esos residuos se incinera y el 9% se recicla. Los residuos que acaban en los vertederos o en la naturaleza tardarán cientos de años en descomponerse, en todo caso, debido a sus estructuras químicas resistentes y duraderas.
Nickson Otieno, experto local en cambio climático y consultor de sostenibilidad dice que la mayoría de los gases tóxicos producidos durante la reacción de pirólisis se redirigen nuevamente al proceso.
El combustible de Muriti aún no está a la venta, ya que todavía está esperando la aprobación de la Oficina de Normas de Kenia.
Por ahora, “Progreen Innovations” puede producir 1.000 litros de combustible cada dos o tres días y el 80 % de los residuos plásticos utilizados se convierten en combustible.
Esto significa que por cada 300 kilogramos (660 libras) de plástico que se ponen en el reactor, de él salen 240 litros (50 galones) de combustible.
Con el tiempo se verá la aportación y la rentabilidad de esta iniciativa local en Kenia, pero constatamos que el proceso de innovación y creatividad en muchos países africanos progresa continuamente, desde los proyectos que parecen más sencillos, como la fabricación de barcas con botellas de plástico en Camerún, hasta los procesos más sofisticados, como esta elaboración de combustible a través del pirólisis en Kenia.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]