El gigante energético francés “TotalEnergies” está liderando un proyecto multimillonario para desarrollar los yacimientos petrolíferos de Uganda.
Este plan de Uganda es el más ambicioso de desarrollo en todo el país y en toda la región de África oriental. El proyecto petrolero incluye tanto la implementación de abundantes yacimientos petrolíferos, junto a lago Alberto, como también incluye la construcción del Oleoducto de 1.445 kilómetros para enviar el crudo hasta un puerto en Tanzania.
Un alto funcionario del gobierno ugandés informó que se estaba en las etapas finales de las negociaciones con empresas chinas para ayudar a financiar el controvertido proyecto del oleoducto, después de que algunos socios occidentales se hubieran retirado.
Según Irene Bateebe, secretaria permanente del Ministerio Ugandés de Energía, la mitad de la financiación necesaria para la construcción del Oleoducto de África Oriental (Eacop) llegaría de los socios chinos. La empresa petrolera francesa Total está liderando el proyecto para desarrollar los ricos yacimientos petrolíferos en Uganda y enviar el crudo hasta Tanzania.
El plan ha sido criticado por grupos de derechos humanos y activistas ambientales que aseguran que dañará no solamente el gran parque nacional de Murchinson Falls del Nilo Victoria, sino, además, las fértiles tierras de los agricultores en una extensa región (provincias de Masindi, Hoima, Butiaba, etc), los ecosistemas frágiles en tierras húmedas, los bosques y los medios de vida de decenas de miles de habitantes locales.
Este Oleoducto de África Oriental se analizará en la reunión de los países del (BRICS), pero la última palabra la tiene el gobierno de Uganda, que será el más beneficiado de semejante explotación de recursos nacionales, junto con las empresas extranjeras, que se llevan los ricos yacimientos y sus beneficios, mientras que la sociedad ugandesa no tendrá ni una sola palabra que decir sobre ello, ni sobre la expropiación de sus tierras, por la fuerza y con toda impunidad, como viene sucediendo durante años en Uganda, y en otros países.
He vivido muy de cerca, sobre todo durante los últimos cuarenta años, el saqueo constante de tierras, bosques, lagos y minerales por todo el país, particularmente en las regiones de Kampala, Mubende, Hoima, Masindi, Lira y Kraramoja, expulsando a muchos habitantes de esas regiones, sin compensación alguna, para que algunas grandes empresas extrajeran el oro, uranio, coltán, mármol y petróleo, con la complicidad de los propios gobiernos locales.
Lo confirmo una vez más, que Uganda y África no necesitan ayuda, sino que exigen comercio justo, respeto solidario y cooperación responsable para beneficio de todas las partes implicadas, especialmente de la sociedad local.
El problema fundamental de África y de todos los pueblos no es tanto la falta de recursos como la gestión injusta de los mismos. El cambio no llegará nunca desde arriba, sino del pueblo empoderado que sabe elegir líderes íntegros, profesionales y responsables que se preocupen del desarrollo sostenible común, donde toda la sociedad se encuentre activamente implicada.
CIDAF-UCM