Uganda es oro: “Uganda zaabu mali”, por Lázaro Bustince

7/02/2022 | Bitácora africana



Un refrán popular en la lengua Runyoro de Uganda, dice: “Uganda zaabu mali” (Uganda es oro).

En 1875 el explorador Stanley, calificó este país, como “La perla de África”.

Uganda es conocido por conservar algunos de los increíbles tesoros del continente africano, como: una sociedad muy joven y educada, una sabiduría y cultura ancestral, una riqueza natural exuberante, montañas como el Ruwenzori de 5.119 m., santuario de los gorilas de montaña en Bwindi, los leones arborícolas de Ishasha, el Nilo del lago Victoria, parques nacionales encantadores y numerosos lagos como el Victoria, que es el segundo lago más grande del planeta. Quizá el agua sea el verdadero oro de Uganda, a nivel natural.

Uganda, situado en el Ecuador del Planeta, cuenta con 44 millones de habitantes, en cuatro grandes etnias: grupos bantúes, los nilóticos, los nilo-hamitas y los sudaneses. Goza de un clima agradable. Además de sus bosques, tierras muy fértiles y una vegetación exuberante, cuanta con grandes reservas de petróleo y de minerales.

Conflicto por los minerales en la región de los Grandes Lagos

Esta región, particularmente la zona del Kivu, (RDC), es muy rica en recursos naturales y sobre todo minerales. Entre los más codiciados se encuentran cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, casiterita y coltán.

Esos minerales cruzan las fronteras de forma clandestina para que otros se puedan enriquecer gracias a ellos, mientras la población congoleña se queda en la pobreza.

Ya en los tiempos de Leopoldo II de Bélgica Congo era considerado una propiedad para expoliar a beneficio personal. Hoy en día, la situación sigue parecida, y es un hecho reconocido que los países africanos más ricos en recursos naturales crecen 2-3 veces más lentos que los países menos ricos. Es la llamada “maldición de los recursos naturales”, y de los “minerales de sangre”.

La explotación y el contrabando de los minerales que se encuentran en el Kivu se debe en gran medida a la enorme demanda internacional de productos electrónicos, de oro y diamantes. Esto significa que los países poderosos de la región como Uganda y Ruanda, así como las grandes multinacionales, se sirven de grupos armados para asegurar el saqueo constante, causando un terrible sufrimiento y muerte a las poblaciones locales.

Se estima que estos grupos armados ganan más de 200 millones de dólares al año, con el comercio de los minerales, que en su mayor parte es explotación artesanal.

uganda_mapa_cc0-14.pngEl tráfico del oro

El oro, refugio seguro por excelencia, ha visto dispararse su precio, entre otras cuestiones, debido a la pandemia de la covid-19. En 2020, el kilo de oro subió de 58.000 dólares hasta los 66.000, según Interpol. Así, se despertó una mayor fiebre por el oro africano, que movilizó a islamistas y traficantes.

Dubái, la capital de los Emiratos Árabes, se ha convertido, junto con Ginebra y Londres, en los centros del mercado del oro africano. En 2020, de los 58.000 millones de dólares de metal amarillo importados de África al mundo, el 45 % se destinó a Dubái.

Antes de llegar a Dubái, a menudo pasa primero por Uganda o Ruanda. Los dos países, aunque considerados pequeños productores, se han convertido en pesos pesados en este ámbito gracias a la reexportación de minerales de los países vecinos. Interpol estima que del 95 % al 98 % del oro extraído de las minas artesanales del Kivu pasa por Uganda y Ruanda.

Refinerías de oro en Uganda

Este tráfico del oro de conflicto, una vez refinado en Uganda, se envía a Dubái y es denunciado regularmente por varias ONG.

En 2017, el presidente Yoweri Museveni, que acababa de abolir el impuesto de regalías sobre el oro, inauguró en Entebbe la “African Gold Refinery” (AGR), capaz de procesar 219 toneladas del mineral al año.

Alain Goetz, su fundador, es descendiente de una familia belga de comerciantes de oro, que también es accionista de una refinería en Aldango, Ruanda, y propietario de una empresa con sede en Dubái, PGR Gold Trading.

El oro se convierte en la exportación más productiva de Uganda, superando al café

Uganda exportó el año pasado oro por valor de 514 millones de dólares, según el Banco de Uganda. Por primera vez en la historia de este país africano, el metal precioso ha superado a la que tradicionalmente es la materia prima más exportada: el café.

En efecto, el importe recaudado por Uganda gracias a la exportación de parte de su producción de café ascendió a 436 millones de dólares en 2018. Uganda es el mayor exportador de café del continente africano, una materia prima en la que se basaba buena parte de su balanza comercial.

A esta refinería se han añadido otras dos de menor tamaño, que entraron en funcionamiento el año pasado y que han permitido dar este salto adelante en el refinado y exportación de oro, superando las cifras del café en el pasado ejercicio. Uganda envió oro por valor de 1,25 mil millones de dólares en 2020, en comparación con los 514,8 millones exportados en 2019, según fuentes del Bank of Uganda.

El oro venezolano aparece en Uganda

Uganda investiga la entrada de 7,4 toneladas de oro de contrabando procedente de Venezuela. El oro venezolano con el que el Gobierno de Nicolás Maduro pretende obtener algo de liquidez que mitigue las últimas sanciones internacionales, habría llegado a Uganda de forma ilegal la semana pasada, según denunció la policía del país africano.

Estas recientes importaciones han llegado a la mayor refinería de oro de Uganda, valoradas en 300 millones de dólares. Según New Vision, el oro provenía de Venezuela, desde donde pretenden venderlo de contrabando fuera del país.

Conclusión

Uganda zaabu mali”. Uganda es oro, en sus poblaciones diversas con culturas tradicionales llenas de sabiduría, con una juventud de un potencial increíble y con una naturaleza exuberante, llena de tesoros naturales y minerales.

Uganda, como otros países africanos, no necesita limosnas. Lo que requiere es una gobernanza justa y compartida del poder y de los recursos y una participación más activa de la sociedad nacional e internacional en la gestión responsable de los recursos y servicios para que toda la sociedad llegue al Buen Vivir.

Lázaro Bustince

[CIDAF-UCM]

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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