Túnez hace alarde de su seguridad costera un año después de la matanza en la playa

27/06/2016 | Crónicas y reportajes

La revolución en Túnez se ve atenuada por las continuas preocupaciones sobre los problemas económicos y el aumento de la violencia yihadista.

Policías a caballo pasean entre los bañistas y los nuevos detectores de metales salpican las entradas de los hoteles en Túnez. El país del norte de África busca traer de vuelta a los turistas un año después de la matanza junto al mar.

Las autoridades y los directores de hoteles esperan que una mayor seguridad les ayudará a recuperar la confianza de los turistas en el primer aniversario del ataque yihadista en el que murieron 38 turistas en un complejo hotelero a orillas del mar.

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«Solíamos vender sol y playas. Hoy vendemos sol, playas y seguridad», dice Anis Souissi, dirige un hotel en la playa al sur de Túnez.

Antes de la revolución de 2011, Túnez atraía casi siete millones de visitantes al año, representando este sector turístico el 7% del PIB.

El baño de sangre playa fue el segundo de los dos ataques mortales yihadistas que han sido los responsables de fuertes golpes en la industria turística el año pasado, después de cuatro años de declive debido a la inestabilidad política.

Los turistas huyeron con horror el 26 de junio, cuando un hombre armado sacó un rifle Kalashnikov del interior de una sombrilla de playa enrollada y comenzó un tiroteo frente a un hotel de cinco estrellas, cerca de la ciudad de Sousse.

Se produjo apenas meses después de que 21 turistas y un policía murieran en otro ataque yihadista en el Museo Nacional del Bardo.

Un año después, el sector turístico del país todavía se está recuperando.

Los ingresos durante el primer trimestre de este año cayeron en un 51,7% en comparación con el año pasado, según el Banco Central. Los visitantes europeos al país en 2015 ya se habían reducido en un 65,8% en comparación con 2010.

A medida que la temporada alta comienza en Túnez, las autoridades y las empresas turísticas tienen la esperanza de aumentar la confianza y fomentar las reservas con el aumento de los controles de seguridad.

El Ministerio del Interior ha confirmado que se han ubicado en las playas 70 puestos móviles de policía, con alrededor de 1.500 policías más desplegados para proteger a los turistas este año, sin contar los 1.000 efectivos de seguridad adicionales desplegados el año pasado.
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En Yasmine-Hammamet, a unos 70 kilómetros al sureste de Túnez, los policías recorren las playas a pie, en quads y a caballo.

«Si alguien parece sospechoso, incluso si es un turista, les pedimos el DNI», declaró un policía de paisano.
Después de todo, el atacante Sousse había escondido el arma dentro de una sombrilla.

Después de la matanza a orillas del mar, el primer ministro, Habib Essid, admitió que la policía había sido demasiado lenta en responder.

El ministro de Turismo de Túnez, dijo a finales de mayo que el gobierno había hecho de la seguridad una prioridad, “porque sin seguridad no puede haber recuperación» en el sector turístico.

Las autoridades han exigido a aeropuertos y hoteles «que se ajusten a las normas internacionales de seguridad», explicó Selma Elloumi Rekik.

Pero Anis Chemli, que dirige un hotel en la isla de Djerba, en el sureste del país, asegura que la adopción de nuevas medidas de seguridad es «una carga financiera adicional».

Después del ataque de la playa del año pasado, el hotel Iberostar en Yerba invirtió en ocho guardas de seguridad adicionales, cuatro nuevos perros rastreadores, 48 nuevas cámaras de vigilancia, cada una cuesta 900 US$ y un detector de metales que cuesta 9.000 dinares. «Todavía estamos a la espera de que nos envíen un escáner para bolsos», nos cuenta, añadiendo que la máquina supone una inversión de 26.600 euros.
De acuerdo con Chemli, los hoteles en la zona de Djerba-Zarzis incluso se han unido para comprar a las fuerzas de seguridad ocho quads para que puedan patrullar mejor sus playas.

Souissi, que dirige Le Royal en Yasmine-Hammamet, explica que un tercio de las nuevas inversiones del hotel el año pasado se han destinado a mejorar la seguridad.

El jefe de la federación de la industria Hotelera de Túnez, Radhouane Ben Salah, piensa sin embargo que la mejora de seguridad sólo debe ser «parte del mensaje» para promover Túnez como destino de vacaciones en el extranjero. Centrar el material promocional solamente en la seguridad, en lugar de en los paisajes o las experiencias culturales que el país ofrece puede ser «contraproducente», afirma.

Un año después del ataque Sousse en el que murieron 30 británicos, el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país ha mantenido su advertencia contra todo viaje no esencial a Túnez.

Pero Abdellatif Hamam, director de la Oficina Nacional de Turismo de Túnez, es optimista. «Nuestros esfuerzos están empezando a dar sus frutos», asegura. Sesenta de los 100 hoteles que cerraron después de los ataques de Sousse han vuelto a abrir. «Invitamos a periodistas, operadores turísticos y agencias de viajes a que vengan y los vean por sí mismos».

africareview.com

Fundación Sur

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