Han pasado tres décadas desde el genocidio en Ruanda de abril de 1994. Fue en ese mes cuando las tensiones étnicas entre hutus y tutsis se desataron en el país creando un infierno para sus ciudadanos. La motivación de los hutus venia, entre otras cuestiones, de su percepción de favoritismo hacia los tutsis durante la época colonial belga, lo que significa que las tensiones entre ambos grupos llevaban años teniendo en el país. Los tutsis, que según un censo de 1991 constituían el 8,4 % de la población. El favoritismo hacia los tutsis dificultaba la vida de los hutus, que, aunque constituían el 85 % de la población, en la práctica no podían acceder a la educación ni a las mismas oportunidades económicas de quienes gobernaban el país. Además, el panorama mediático del contexto propiciaba la propagación del odio. Por otro lado, la lentitud de la reacción de la comunidad internacional ante la crisis funciono como forma de alimentar el genocidio. Los líderes mundiales eran conscientes del genocidio, pero no intervinieron ni de forma directa o indirecta.
Medio millón de personas murieron en muy poco tiempo, era una guerra total donde los vecinos atacaban a sus conciudadanos y las familias fuero masacradas. La mayoría de las víctimas no murieron por causa de violencia militar, si no por machetazos y garrotazos tachonados de clavos en manos de sus vecinos. No eran desconocidos quienes mataban y quienes morían. Perpetradores y víctimas hablaban la misma lengua y compartían la misma religión y cultura, en su mayoría cristiana. Aún hoy en día las victimas cargan consigo las heridas derivadas de la supervivencia e intentan darles paz a sus muertos y Ruanda sigue siendo una sociedad dividida y traumatizada en la que sus integrantes deben aprender a convivir, lo que constituye un proceso dolorosamente lento y difícil. 30 años despues, la nación africana conmemora, a través de una semana de luto, una de las masacres más sangrientas del siglo XX.
Autores: Shola Lawal y Dick Wittenberg
Fuentes: Al Jazeera – The Guardian – Al Jazeera – Imagen: Fanny Schertzer – Wikipedia
[Traducción y edición, Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]
