Africa Eye de la BBC investiga cómo un grupo de WhatsApp ayudó a salvar a más de 50 mujeres de Malaui, sometidas a tráfico de personas en Omán, empleadas para trabajar en condiciones de esclavitud.
¿Como se descubrió esta trata de personas?
Una Señora llamada Georgina tenía un pequeño negocio en Lilongwe, la capital de Malaui, y un agente se acercó a ella diciéndole que podía ganar más dinero en Medio Oriente. No fue hasta que el avión aterrizó en Mascate, la capital de Omán, que se dio cuenta de que había sido engañada y posteriormente atrapada por una familia que la obligaba a trabajar horas agotadoras, los siete días de la semana. «Llegué a un punto en el que no podía soportarlo«, dice detallando cómo dormía tan solo dos horas. No llevaba mucho tiempo allí cuando su jefe comenzó a obligarla a tener relaciones sexuales con él, amenazándola con dispararle si lo delataba. «No fue sólo él«, dice. «Traía amigos y luego le pagaban«. Después de varias semanas, Georgina, desesperada, suplicó en Facebook que alguien la ayudara. En Estados Unidos, Nyoni, activista de redes sociales de Malaui, vio su mensaje y le pasó su número de WhatsApp, que comenzó a circular en Omán. Georgina formó un grupo de WhatsApp y más de 50 mujeres de Malawi, que trabajan como empleadas domésticas en Omán, se unieron al grupo.
¿Cómo lograron ser liberadas?
La organización benéfica Do Bold (que significa audaz), se ocupa de una comunidad de trabajadores inmigrantes en los países del Golfo, identifica a las víctimas de trata o de trabajos forzados y luego negocia con su empleador para que sean liberadas. «Los empleadores pagan a un agente para que les proporcione una trabajadora doméstica. El empleador o el agente exigen dice: ‘Quiero que me devuelvan mi dinero y luego podrá irse a casa’«, dijo a la BBC un miembro de Do Bold. Casi un tercio de las mujeres investigadas dicen haber sido abusadas sexualmente, y la mitad denunciaron abuso físico y discriminación.
¿Cómo permite el gobierno de Omán semejante atropello?
«Las leyes vigentes en Omán prohíben que una trabajadora doméstica abandone a su empleador. Es lo que en Oriente Medio se conoce como el sistema laboral «kafala», que vincula a los trabajadores a sus empleadores durante la duración de su contrato. El Comité Nacional de Omán para Combatir la Trata de Personas le dijo a la BBC que la relación entre el empleador y el trabajador doméstico era contractual y que las disputas no resueltas pueden remitirse a los tribunales en el plazo de una semana. Añadió que a un empleador no se le permitía «imponer ninguna forma de trabajo forzoso al trabajador» y no podía conservar el «pasaporte y los documentos, privados del trabajador sin su consentimiento por escrito«, lo que en realidad hacen continuamente.
¿Hay que pagar los gastos del empleador para liberarlas?
«La mayoría de estas mujeres han sido liberadas porque se ha pagado dinero al empleador, entre 1.000 y 2.000 dólares«, afirma un miembro de Do Bold. El gobierno de Malaui dice que ha gastado más de 160.000 dólares para traer de regreso a 54 mujeres de Omán. Pero Aida Chiwalo, de 23 años, regresó a casa en un ataúd. No se realizó ninguna autopsia ni investigación en Omán después de su muerte.
Bartolomé Burgos
CIDAF-UCM