Tortura en el Chad: un proceso para la Historia

22/12/2014 | Crónicas y reportajes

Ha llevado su tiempo. Veinticuatro años después de la caída de Habré, sus antiguos secuaces deben ahora responder por sus crímenes en N’Djamena. Más que la policía política, la tristemente famosa DDS, está siendo juzgado en Chad.

Que momento para una víctima, encontrarse con su torturador, incluso treinta años después, en el banquillo de los acusados. Para oírle negar lo obvio y despreciar su sufrimiento. Abaifouta Clemente tiene lleno de lágrimas y rabia su corazón. Si no tuviera delante la barrera del Tribunal, llegaría a las manos, con aquel, que hace tres décadas, le observaba antes de torturarle en una habitación oscura y que ahora le acusa, ante las cámaras de la televisión nacional, de haber sido «comprado» por las potencias extranjeras para calumniarle. ¡Qué terrible experiencia, pero que alivio!

El juicio contra 21 dirigentes del aparato represivo en Chad, entre 1982 y 1990, que se inauguró el 14 de noviembre en Yamena, es, para el Presidente de la Asociación de Víctimas de crímenes del régimen de Hissène Habré todo a la vez, «un momento definitivo en su vida de lucha», «un momento de emoción pura» y «una nueva página en la historia del país».

Veinticuatro años después de la caída del tirano, es la primera vez que el régimen de Habré pasa por un juicio. En 1992, el Ministerio de Justicia estableció una comisión de investigación. La Comisión señaló, con el dedo, a los responsables, que establecieron un régimen basado en el terror, detalló la torturas que se practicaban en las cárceles de la Dirección de Seguridad (DDS) y fijo la cifra de asesinatos políticos en 40 000. Desde entonces nada. Habré ha vivido, durante todo este tiempo un exilio tranquilo en Senegal. En cuanto a los autores de los horrores cometidos, perfectamente identificados, se pasean libremente por N’Djamena.

Muchas víctimas presentaron denuncias en 2000 en Senegal y Chad. Pero no fue hasta que Senegal tomó la decisión de enjuiciar a su engorroso huésped, a mediados de 2012, cuando la maquinaría judicial se puso finalmente en movimiento. Las autoridades de Chad aún no se lo creen: el arresto de unos cuarenta responsables de la represión de mayo de 2013 y el reenvio de la mayoría de ellos ante el tribunal penal son las consecuencias de las actuaciones iniciadas por Senegal.

El juicio de Habré que languidecía desde hace diecisiete meses se anunció para mayo de 2015 en Dakar. Mientras tanto, 21 hombres, muchos ya sexagenarios, deberán responder de sus actos. Todos negaron los cargos en su contra (asesinatos, torturas y detenciones arbitrarias) el primer día del juicio, provocando la ira de las decenas de víctimas que, todos los días, asisten a las audiencias en una tensa atmósfera.

Demandantes y familiares de los acusados, han estado a punto de llegar a las manos. Los días siguientes son los abogados los que interrumpen la audiencia: pero la huelga, que no tiene nada que ver con este juicio (los abogados reclaman el pago de los atrasos), ha obligado al tribunal a suspender el procedimiento durante varios días.

Por lo tanto, el juicio podría durar más de lo esperado. Durante su discurso de apertura, el fiscal insistió en que «va a tomarse todo el tiempo necesario para hacer justicia a las víctimas.» Pero, un experto que asiste a las audiencias lamenta que «no se entra en detalle en el papel de cada uno de los acusados». Algunos de los acusados ni siquiera han sido escuchados por el juez de instrucción y las víctimas y sus presuntos torturadores no han sido confrontados antes del juicio.

«Después de años de inercia, todo ha ido muy rápido», declara el experto, que habla de un procedimiento «organizado con urgencia» ¿Será justo? En “Human Rights Watch” están preocupados: «un juicio viciado sería un insulto para las víctimas”.

[Fuente: tchadactuel.com-Fundación Sur]

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