Todo depende del compromiso democrático de los pueblos

13/05/2024 | Crónicas y reportajes, Editorial

Un desarrollo sostenible requiere una gobernanza responsable, que depende del compromiso democrático de los pueblos.

El proyecto más realista e integral de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), firmado por 193 países, (la ONU), en 2015, se sigue implementando de forma parcial y limitada, debido no solamente al estancamiento de la gobernanza en África y en los otros Continentes, sino sobre todo a causa del reducido compromiso democrático, de los jóvenes y de la sociedad.

Analizando brevemente el proceso político-económico vivido recientemente por varios países africanos, como: Burkina Faso, Malí, Níger, RDC, Sudán, Uganda, Kenia, Etiopía, etc., y a la luz de Informes, como: Mo Ibrahim, la ONU, Fenosa, etc., podemos afirmar que si la calidad de la Gobernanza se ha estancado es fundamentalmente porque la motivación y compromiso democráticos, sobre todo de los jóvenes, aunque también de la sociedad en general, se van apagando y quedando irrelevantes.

El crecimiento y actividad de los movimientos de jóvenes, estudiantes y trabajadores de las últimas décadas en unos 32 países africanos nos llevó a depositar la mayor esperanza en estos movimientos juveniles, para una cierta renovación democrática en África y en otros continentes. La mayor implicación de las mujeres africanas era y es también motivo de nueva esperanza.

De hecho, varios países como Burkina Faso, Malí, Sudán, Uganda, RDC, Tanzania, etc., dieron ejemplo de un compromiso popular y valiente para defender la Constitución, la democracia y una economía más justa. Frente a los ejércitos controlados por los dictadores, numerosos jóvenes dieron su vida por defender pacíficamente a su país, como lo observamos en Uganda en distintas manifestaciones pacíficas.

En estos tiempos, parece que el fuego democrático de los jóvenes y de la sociedad en general se va apagando. El cansancio y el desánimo nos pueden llevar hacia la pasividad y la indiferencia. La prosperidad de África está relacionada con la auténtica democracia, el respeto de la Constitución y de los derechos humanos. Con dictaduras militares no existe un progreso sostenible. Numerosos países africanos no condenaron la invasión rusa de Ucrania por sus propios intereses en la ayuda económica y militar de Rusia y China.

Los conflictos de grupos armados van aumentando en África debido al saqueo de los abundantes recursos naturales y minerales por empresas extranjeras, y esto tiene lugar con la complicidad de los gobiernos militares regionales. Esta invasión de sus tierras causa la salida de millones de desplazados y hasta la muerte de miles de migrantes.

Al mismo tiempo, sabemos que la esperanza y el poder residen solo en los Pueblos y sociedades de cada región y país. Necesitamos pues renovar y alimentar el fuego democrático y el compromiso en favor de la dignidad humana y de un desarrollo más sostenible, con una gobernanza responsable y una democracia real. Aquí contamos con diferentes medios para el empoderamiento mutuo por el bien común, ante todo por medio de programas educativos de calidad, que tanto necesitamos en nuestro sistema educativo y en los medios de comunicación. Tanto como por mejorar la economía de una sociedad, nos deberíamos preocupar y trabajar por la justicia social, la cultura integral y por la educación en valores humanos de cada pueblo y nación.

Todos estamos involucrados en este proceso de empoderamiento mutuo para cuidar mejor a las personas sin techo, tierra y trabajo, y para garantizar una vida digna para todos, un desarrollo sostenible y una convivencia pacífica de todas las culturas, razas y pueblos. Toda auténtica transformación procede de abajo, no de arriba.

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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