Tensión y episodios violentos en Guinea Conakry, previo a las elecciones

18/07/2013 | Opinión

Los demonios de la división y la violencia son viejos en Guinea Conakry. La ciudad de N’Sérékoré en el extremo sureste del país ofreció un lamentable espectáculo, el lunes 15 de julio de 2013. Los enfrentamientos entre unos autóctonos Guerzés y otros de fuera koniakés, de origen mandinga, se saldaron con muertos y numerosos heridos y pérdidas materiales importantes, principalmente domicilios privados incendiados. “Hay al menos 10 muertos, dos de ellos han muerto al día siguiente por la mañana y tres en la noche del mismo día de los enfrentamientos, el día 15”, informó un médico, que añadió que había más de 60 heridos en diversos centros de salud de N’Zérékoré.

Algunos de los muertos habían sido quemados, mientras que otros habían recibido cortes con machetes, “no tenemos capacidad para manejar esta situación, nos supera”, añadió el médico. Un corresponsal de la radio estatal guineana RTG, ha descrito el drama en todo su horror, señalando que no se sabe “puede que no se sepa jamás el número de personas muertas en estos enfrentamientos, porque hay cuerpos de personas con heridas de machetes que no han sido transportadas al hospital”. Los dos bandos se enfrentaron con escopetas y con machetes. Fue la muerte, la noche del domingo 14 al lunes 15, de un supuesto ladrón de la etnia Koniaké, asesinado por un policía de la estación de servicio de etnia Guerzé, lo que prendió la mecha. De venganza en venganza, cundió el pánico entre los habitantes de varios barrios afectados.

N’Sérékoré es conocida pro se la ciudad natal y bastión del antiguo jefe de la Junta, el capitán Moussa Dadis Camara, y la segunda ciudad más grande del país, después de la capital, Conakry, en términos de población. El asunto ha sido tomado en serio por el presidente, Alpha condé, que envió a su ministro encargado de la seguridad presidencia, Claude Pivi, conocido como “Coplan”, originario de la región, para detener el fuego y restaurar la calma. Se puede felicitar al presidente por esta pronta reacción, pero aún queda por ver si su emisario será capaz de sanar las heridas, ya que él mismo fue acusado el 27 de junio, por su papel en las masacres del 28 de septiembre de 2009, en el estadio de Conakry [Tragedia que acabó desencadenando la caída del capitán Dadis Camara del poder]. Ciertamente, el presidente Alpha Condé ha heredado esta división y la violencia que fragiliza hoy la cohesión social en Guinea. En este aspecto, se dio un gran paso el pasado 3 de julio, con el acuerdo entre el poder y la oposición que permitirá la organización de las elecciones legislativas para finales de septiembre, esperadas desde hace más de dos años. La espera de tanto tiempo por estas elecciones ha alimentado la violencia, en la que los partidarios de la oposición son las principales víctimas.

En efecto, la oposición acusaba a la autoridad de preparar fraudes para apropiarse de la mayoría en la Asamblea Nacional. Así, muchas manifestaciones degeneraron en Conakry y en otras ciudades del interior, causando desde principios de año una cincuentena de muertos y numerosos heridos. El acuerdo firmado el 3 de julio es por tanto importante, en el sentido en que garantiza cierta transparencia, teniendo en cuenta las reivindicaciones de las dos partes. El documento precisa que el escrutinio deberá tener lugar, en los 84 días siguientes a la firma del acuerdo, aunque estas elecciones deberían haber tenido lugar en los seis meses después de la llegada al poder del presidente Alpha Condé, en diciembre de 2010. El acuerdo también confirma la elección del operador surafricano Waymark, comprometido para realizar el registro de votantes, a pesar de haber sido acusado por la oposición con anterioridad de estar en connivencia con el poder. Waymark deberá presentar su trabajo a los “expertos electorales” de los dos bandos antes de ser aceptada. Otra causa de tensión sobre la celebración de las legislativas, también disipada por el acuerdo, es el derecho al voto concedido a los guineanos que viven en el extranjero, antes rechazado por el gobierno. El acuerdo también estipula que la Comisión Electoral Nacional Independiente, cuya independencia ha sido puesta en duda por los opositores, deberá “remediar” sus problemas internos antes de las elecciones. Como se puede ver, solo el diálogo, las concesiones mutuas y el buen gobierno puede sacar a Guinea de las inestabilidad, “este triple escándalo: político, moral y económico”, en palabras del propio Alpha Condé.

Bachirou NANA

(Sidwaya, Burkina Faso, 17-07-13)

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