Tanzania ha sido invitada a formar parte en la investigación conjunta sobre la isla de Migingo, para determinar las fronteras en el lago Victoria.
Kenia y Uganda se encuentran enfrascadas en una amarga disputa por la propiedad de la diminuta isla.
Durante el lanzamiento de la investigación en Nairobi, Kenia y Uganda estuvieron de acuerdo en pedir la entrada de su país vecino. “Para determinar la frontera de triple confluencia de los tres países del África Oriental, se requerirá al gobierno de Tanzania que se una a la investigación”, según un comunicado publicado el día 11 de mayo.
El comunicado firmado por el ministro de Asuntos Exteriores de Kenia, Moses Wetangula, y el tercer primer ministro de Uganda, Kirunda Kivejinja, asegura que la investigación comenzará a mediados de este mes, al sur del río Sio.
De manera separada, el ministro de Territorio de Kenia, James Orengo, ha dicho que Kenia y Uganda contribuirán cada uno con 140 millones de chelines keniatas [un millón y medio de euros] para la investigación. El ministro aclaró que “esto es un enorme ejercicio que requiere una gran cantidad de recursos y la gente no debería ver entre líneas ningún motivo siniestro”.
Mientras tanto, la disputa por la soberanía de la isla ha aumentado un punto más cuando la policía ugandesa confiscó los motores de 15 barcos keniatas y 160 redes de pescar.
La policía ugandesa también se llevó varias toneladas de pesca de los pescadores keniatas, el pasado día 10 de mayo.
Los ugandeses acusan a los pescadores keniatas de haber traspasado la línea divisoria y haber entrado en su lado del lago Victoria.
Un oficial de la unidad de gestión de la playa de Kenia ha calificado este incidente como un “acto de agresión”. “Los ugandeses nos han hecho la vida muy difícil. Nadie se atreve a volver a salir a pescar”.
Pero altos cargos de la policía, en Migori, aseguran que no han recibido informes de este ataque a pescadores de Kenia.
Durante la operación, la policía marina de Uganda supuestamente dio el alto a los barcos, les quitó los motores y se marcharon. “También se llevaron las redes, valoradas en 250.000 chelines y toda las pesca que los pescadores habían cogido hasta el momento del arresto”, señaló un representante keniata.
Cada uno de los motores confiscados cuesta entre 150.000 y 200.000 chelines keniatas, [entre 1.600 y 2.200 euros].
(The Standard, Kenia, 12-05-09)
