Recibían un salario como empleados de la administración pública, sus nombres figuraban en las listas de empleados, pero cuando se les pidió presentarse para un nuevo procedimiento de identificación, no se hallaron huellas de ellos. Son los más de 12.500 “trabajadores fantasmas” del sector público, como los llamó la prensa keniana cuando el caso salió a la luz. Ahora sus salarios fueron bloqueados.
El caso fue descubierto por integrantes del ente del gobierno que debía ocuparse de los registros biométricos y de la verificación del número de los empleados estatales. De un total de poco más de 172.500 empleados oficialmente esperados para recibir su certificado, sólo 160.000 se presentaron. En otros términos, más del 7% de los empleados públicos –tanto del gobierno nacional como de las administraciones locales– formarían parte de la categoría ‘fantasma’.
Justamente se había decidido la identificación biométrica para evitar fenómenos de este tipo. A cada empleado se entrega una identificación que contiene sus datos personales, una foto, un código fiscal y los detalles del tipo de funciones que emplea en la función pública. El programa fue lanzado por el presidente Uhuru Kenyatta en el mes de septiembre.
Fuente MISNA Fundación Sur